Comidas de navidad de empresa. Hoy: Caída y ascensión de Paparracho

 

Día de autos: 30 de noviembre (la navidad a la empresa llega cada vez antes)
Lugar del evento:
a) restaurante catalán en Madrid. Con dos cojones
b) karaoke próximo. Un infalible en las comidas de empresa.

Llegamos varios compañeros al restaurante con un hambre de justicia. No en vano, sabíamos que el menú reservado costaba 42 euros y, siendo uno de naturaleza rácana, la intención era amortizar la inversión. Craso error. El menú consistía en:

1) pincheo variado común que incluía un platito de calamares fritos escasos y por debajo del nivel «plaza mayor», surtidito de embutido catalán (que mis amigos catalanes me perdonen pero la butifarra en fiambre me sabe a mortadela barata, el fuet con Tarradellas llegó a su máxima expresión y esa otra cosa que parece medio morcilla medio chorizo solo está preparado para paladares locales), caracoles gratinados con alioli (sí, caracoles, que se comen, amigos!!) y ese plato exótico «masiero» que son los calçots: una especie de cebolleta a medio criar con pinta de puerro que se churrusca al fuego sobre una teja hasta que queda negro y luego te comes en plan «garganta profunda» lo de dentro mojado en una salsa que es lo que realmente está bueno. Sincerémonos: lo mejor de los calçots es que te disfrazan con un babero de plástico que te llega a las rodillas y que nos deja a todos una pinta muy ridícula. Algo así:

Guiris comiendo calçots con unos baberos ridículamente pequeños. Deberíais haber visto el mío

2) Varios platos de carne o pescado a elegir. Yo opté por una muy digna carrillera ibérica. Nada que objetar

3) Un trozo pequeño de tarta de chocolate, nivel «caprabo».

4) Café y copita de cava.

Todo ello, como habréis podido comprobar, muy «para todos los públicos»: ¿quién no ha disfrutado alguna vez de unos exquisitos caracoles o calçots? En resumen: Más hambre que el tamagotchi de un sordo y 44 pavos menos en la cartera (el IVA, compañeros!).

Allá por el postre llegó el momento de la caída. Soy experto en cagadas de este tipo, pero ayer me llevé la palma. La jefa suprema cumplía años justamente en la fecha que ella misma había elegido para la cena de navidad, y nosotros, que somos unos empleados majísimos, le habíamos comprado unos regalinos. Se los dimos y se desbordó la emoción. Yo no daba crédito, literalmente dijo, casi entre lágrimas: «Me encanta el boli y también estos cuadernillos. Moraditos, qué ricos. No me podíais haber regalado nada mejor». ¿CÓMO? Y continuó: «Os quiero dar las gracias porque sois un equipo fenomenal […..] y para mí hoy estar con vosotros celebrando esto y mi cumpleaños, que coincide con el de mi madre, es muy emocionante». Hipos, suspiros y lágrimas incipientes. Los pelos como escarpias.

Tal era su satisfacción que decidió recorrer la mesa dándonos besos y algunas palabras directamente y cuando llegó a mí le dije: «¿Y el cumpleaños de tu madre es justamente el mismo día que el tuyo?» Contestó afirmativamente, sonreí diligentemente mientras comentaba la casualidad y rematé: «Por cierto, ¿y cómo está tu madre?» Me miró atónita y dijo: «paparracho, falleció hace un año».

Vergogna!

Tierra trágame. ¡Lo peor es que lo sabía, había ido hasta al tanatorio y se me había olvidado! Uno de los momentos más embarazosos de mi vida. Tal debió ser mi cara empapada en sudor frío que casi tuvo ella que consolarme a mí… record de falta de inteligencia emocional masculina. Debí ser la única persona de los 40 que allí estábamos que no se dio cuenta de que la razón de la emoción no era el moradito de los cuadernillos!!!!

mamanatas: todavía recuerdo cuando en la feria del libro le soltaste a Carmen Alborch (que me estaba firmando el libro de «Malas») que si estaba la mitad de bien que «Solas» te encantaría (por supuesto, el libro sin haberlo leído y tú pensando que era en el que se basaba la peli del mismo nombre, que nada que ver…). [No lo puedo sacar de casa]

Bueno, después de este momento de crueldad gratuita por parte de mi señora, prosigo: la cosa continuó en el karaoke, cuando por fin comenzaba a ser yo mismo (acabar un gintonic tras la copa de cava en 3:47 minutos ayudó un poquito). Los que me conocen saben que tengo una pésima voz pero una magnífica afinación y sentido del ritmo. Por no hablar de una excelsa actitud que hacen que me crezca en los karaokes. Fui remontando, fui remontando… y triunfé. Mi jefa abrazada a mí cantando el «solo pienso en ti», «cartas amarillas»… una celebridad, vamos! Tal es así que unas chicas que acaban de incorporarse al departamento y con quienes no había hablado nunca me dieron un poco de conversación. Así me enteré de que las susodichas tenían 23 y 24 años. Llegamos a un punto de conversación donde me dijeron:

– ¿Tú eres interno o subcontratado (como nosotras)?
– No, yo soy interno. Llevo aquí ya 8 años- dije yo.
– ¿8 años? No puede ser, si yo pensaba que tenías 28 ó 29- dijo una
– ¿No?, pues andará por los 32 o así – terminó la otra.

Angelitas… Henchido como un pavo, les dije que estaba a 4 meses de los 37 y me sentí muy contento con su mentira piadosa, pero sobre todo, me sentí muy viejo pensando que cuando estas nacieron ya iba yo al instituto. Lamentable.

mamanatas: casi 37, joé, qué mayor y yo sin darme cuenta. Ya sé que dirás que es «momento celos» pero no! Ay, alma cándida… no ves que son subcontratadas… lo que hacen los gintonics (que, por cierto, tú siempre dijiste que eran de puretas) y dos zorritas angelitas jóvenes…

(Un encanto las chicas… esta mañana las tuve que invitar a un Nespresso, claro). En fin, que vi la hora que era y tanteé el percal llamando a mamanatas para decirle que iba un poco justo para llegar a acostar al guaje (mal padre). Su respuesta no sonó mal, así que me tomé un tercer gintonic y volví raudo a MI escenario con mi jefa.

Al final llegué a casa lo suficientemente pronto para acompañar a mamanatas en su cena y lo suficientemente tarde para no pillar al guaje despierto. Un par de horas más tarde, él se despertaría de una pequeña pesadilla y no querría mirarme ni a la cara. Ni chupete, ni agua, ni brazos, ni nada. Lloraba desolado y me daba manotazos. Entró su madre, y se calló al instante. Fue su terrible venganza.

Menos mal que esta mañana ya me había perdonado!!!!

mamanatas: ¡no como yo! «Su respuesta no sonó mal…» [Qué rabia me da que no pille mis indirectas…]

Si es que no habláis claro, joder! 😛

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26 responses to “Comidas de navidad de empresa. Hoy: Caída y ascensión de Paparracho”

  1. Rebe says :

    No apto para leer en el Metro sin q parezcas una loca riendo sola

  2. estoesparauna says :

    Paparracho no se te puede sacar de casa por lo que veo, cena+empresa+gintonic+karaoke= posible despido PROCEDENTE al día siguiente, avisado quedas ;o)
    Y quién se le ocurre un restu catalán en Madrid?? cada cosa en su sitio, venta para aquí y te llevo a un par de sitios estupendos 🙂 y los calçots tienen eso, o te flipan o te parecen un timo, c’est la vie ;o)
    Congrats por tu primer post! :-))

    • paparracho says :

      Cómo me van a despedir procedentemente si soy tan tierno como mimosín… una caída de ojos pidiendo perdón y está todo solucionado! XD

      Pues ya ves, a mí los calçots me gustan pero no me entusiasman… no cumplo la norma. Lo curioso es que se haya elegido esa combinación de entrantes tan arriesgada. Hubo alguno que solo comió un par de calamares fritos y una raja de mortadela de esa vuestra! 😀

  3. Accidentalmente says :

    Desde el profundo dolor de cabeza que me atornilla el entreseso (entre el seso y lo que hay dentro) no he podido evitar la carcajada al llegar la anécdota de Solas… y es que me ha recordado a cuando en plena feria solté delante de Torcuato Luca de Tena que pensaba que llevaba muerto varios años… genial, vamos, que hila perfectamente con tu caída, ejem…
    Muy divertido, jejejeje, lo mejor que no entiendas los mensajes indirectos de tu santa, típico, amigo, típico…
    Un abrazo!

    • paparracho says :

      Bueno, lo de Solas es un hito épico en nuestra vida parejil. Lo peor es que soy tan inocente que desvelé yo mismo el error. Acabábamos de separarnos de la caseta de la feria del libro después de haberle dicho a la Alborch eso y le digo a Laura: «Bueno, en realidad no leí Solas, pero la peli me encantó». El cachondeo le duró días y, aproximadamente 5 años después, aún aprovecha cada vez que puede para reirse de mí… Mala mujé!

  4. Noe says :

    Otra vez estaba teta en mano… Qué raro!

    Lo peor es que no era una cena de empresa, sino una comida. Y que ibas más pedo que Alfredo a las… ¿18:00? Qué vergüenza, qué vergüenza…

    Me he reído mucho. Estoy esperando el siguiente post!

    • paparracho says :

      Perdona, bonita pero:

      a) No estaba borracho. Estaba eufórico por mi éxito en el Karaoke
      b) no eran las seis sino casi las 10 de la noche cuando llegué a casa.

      Qué ganas de difamar a este santo varón!!!! Me alegro de que te hayas reído!

      • Noe says :

        Bueno bueno, que no es la primera vez que nos vemos en estas… Esos ojos brillantones y esa risilla floja… Jajajaja. Pero sí, llamémoslo euforia 🙂

      • mamanatas says :

        Ni euforia ni nada. Ahí está el twitter de ayer noche para demostrarlo!! ;P

    • Rebe says :

      Es lo que tiene salir de copas con jovenzuelas, que a las 18h. estás pedo para llegar a las 22h. como una rosa a casa y cumplir el toque de queda.

  5. Monica Sanchez (@arare73) says :

    Ala, lo que me faltaba…… otro blog de los que hacen que se me caigan lágrimas de la risa….. menos mal que éste lo abrí en casa y así no me pillan en la office cómo de costumbre.

    Muchísimas felicidades por tan gran entrada (y por conseguir que no te despidan por el tremendo patinazo, es broma). Aquí se apunta otra seguidora!

    • Paparracho y Mamanatas says :

      No te imaginas la ilusión que nos hace tu comentario, Mónica. Bueno, ilusión y presión, porque es nuestra primera experiencia en el mundo blogueril y no sabemos si tendremos suficiente imaginación!

      De momento, lo estamos disfrutando muchísimo. Que nos quiten lo bailao!

  6. MARIA JOSE says :

    Jajaja lo que me he reido me has alegrado la mañana¡¡ un saludo

  7. Olguitalan says :

    Me partoooooo con vosotros. Lo de la feria del libro es mucho… je je je je.
    El día que me vuelva a tomar un Gintonic puedo acabar en coma etílico, ya ni recuerdo desde que no salimos. El otro día me preocupé cuando sorprendí a Javi en la cocina tarareando «Mercadona, Mercadoooona».

    Doy fe de tus dotes cantarinas ya que he podido presenciar tu torrente de voz el día que Mamanatas y tú arrasasteis en el Sing Star en casa de Chemita.

    Besos mil.

    • paparracho says :

      Ay, Olguita! Tú sí que sabes apreciar el talento vocal! XDDDD

      A ver cuándo repetimos una sesión de singstar como aquella. Que bien que lo pasamos!

      Besos para todos!

    • mamanatas says :

      Hasta que no sueltes a tu garbancito actual nada de gins!!

      Qué día aquel del sing star! Ay, la Pili, con sus globos de formas y con sus botas, jajajaj

      Qué mala pécora… ahora todo el día con la canción en la cabeza; eso no se hace!! 🙂

  8. Beatriz Cervera Seco says :

    muy bueno lo mejor lo del guaje!!!si esq son muy listos!!!!jajajajajajaja

  9. Eduardo says :

    La culpa es del Gin-Tonic, la bebida blanca es lo que tiene…

    • paparracho says :

      Qué va, qué va… el gintonic fue mi tabla de salvación. De no ser por él (ellos), estaría aún reconcomiéndome de mi mierdera metedura de pata! XD

  10. Walewska says :

    Uf, qué jartá de reír… me has alegrado la mañana jajajajajajajaja

  11. {loulou ♥ cía} says :

    jejeje, veis como sí que teneis nivel??? muy bueno!
    ay! esas cenas de navidad de empresa, qué horror!! y esas meteduras de pata, esos karaokes, y esa jefa! 🙂

    • paparracho says :

      Nivel, nivel… ya nos estamos quedando sin ideas 😛

      Y lo de las cenas de navidad, no te creas, tiene su encanto. Descubres facetas ni siquiera sospechadas de muchos compañeros (y jefes!).

      Pues que se prepare el mundo, que el 21 tengo otra cena de empresa!!!! JAJAJAJA

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