Archive | septiembre 2013

El guaje no era un «bebé trampa»

Pues no… y mira que nos lo habíais advertido hasta la saciedad. Que si «ya veréis, ya, es el típico bebé trampa. Es bueno para que te lances a por un segundo y luego llega la bomba a casa», que si «sí, sí, confiaros, que ya llegará luego el susto», que si «no penséis que todo el monte es orégano»… joer, si es que parecía que alguno deseaba que expiásemos nuestros pecadillos con el sufrimiento provocado por un bebé antagónico al guaje.

Pues os fastidiáis. Ahora os pondremos los dientes largos:

El parto: El del guaje fue bueno. Dolor controlado (bendita epidural) y unas 10 horas en el hospital, en las que la madre consiguió hasta dormirse durante la dilatación. Se necesitó un poquito de ayuda instrumental para salir, pero todo fue muy bien. Con el neñu, ya, rompimos la pana: dos horas y media desde que entramos por la puerta hasta que teníamos al bebé en brazos. Porque al final nos metieron unos minutos en el paritorio con la gine y el matrón (sí, por fin descubrimos que se dice «matrón»), que poco más y lo tenemos solitos en la sala de dilatación. Una bendición. Claro, que si te tomas el parto como «ese rato ineludible por el que hay que pasar para tener a tu hijo en brazos» y no como «ese momento mágico por el que llevo esperando toda la vida  y seguro que va a venir alguien a jodérmelo», todo resulta más fácil.

Todo es cuestión de perspectiva. Si para ti un parto molón es aquel que representa estas fotos, que huye de la dualidad madre/puta impuesta por la sociedad patriarcal, el nuestro seguramente te parecerá una mierda. Para gustos, colores.

La lactancia: Se enganchó desde el primer momento con bastante facilidad y al segundo día ya estaba ganando peso. Ahí están las molestias típicas de los inicios, pero está yendo sobre ruedas hasta ahora. Como siempre, lo mejor es no agobiarse y no hacer de esto el leitmotiv de nuestra vida: dar el pecho es lo mejor y es precioso, pero si la cosa no fuera bien y se empieza a sufrir, tomar biberones no lo va a convertir en un paria enfermizo y border line, por más que algunos hagan sentirse así a las madres que lo pasan mal o tienen dudas. El mundo (y sobre todo, nuestra generación) está lleno de gente extraordinaria criada con biberón. Mamanatas sin ir más lejos.

¡La contaminada es tu mente, illuminati!  Para no angloparlantes: "Por favor, aliméntame con el pecho, no me alimentes con leche contaminada!"

¡La contaminada es tu mente, illuminati!
Para no angloparlantes: «Por favor, aliméntame con el pecho, no me alimentes con leche contaminada!»

El «dormir»: Porque tenemos al guaje yendo al colegio y nos condiciona un poco los horarios, que si no, con el neñu teníamos otra vez una cura de sueño como la de hace tres años. El neñu durmió durante los primeros 10 días unas 20 horas diarias, interrumpidas por tomas que pedía muy educadamente con suaves gruñidos de incomodidad. Apenas tuvimos ocasión de oirlo llorar. En los últimos días ya duerme algo menos y ¡hasta llora! para pedir pecho, pero vamos, lo hubiéramos firmado con sangre durante el embarazo.

La mamá: Como comentamos en el anterior post, en la semana 40 pesaba 54 kilos. Hoy, 13 días después del feliz acontecimiento, se puede retar a cualquiera a que la identifique en una rueda de reconocimiento como una mujer recien parida. ESPECTACULAR.

Los celos: la parte que más nos gusta. El guaje ha acogido al hermano como si hubiese nacido con un manual de cómo ser un buen hermano mayor debajo del brazo. No dejará nunca de sorprendernos este niño. Con qué naturalidad recibió al neñu como un igual en la casa y con qué ternura se acerca a él a «cuidarlo» cuando está protestando. Teniendo en cuenta que le ha coincidido con el cambio de cole justo en plena semana de adaptación, es para ponerlo en un altar, hacerle ofrendas y cantarle alabanzas cada 8 horas. Es más bueno que el pan.

Ojo a lo que nos regala google images al buscar "bebé más bueno que el pan". Impagable. Son unas galletas croatas, que lo sepáis.

Ojo a lo que nos regala google images al buscar «bebé más bueno que el pan». Impagable. Son unas galletas croatas, que lo sepáis.

No sabemos si el futuro será tan halagüeño, pero de momento, que nos quiten lo bailao. Estamos disfrutando de los permisos de paternidad y maternidad como dos enanos , y como siga este tiempo postveraniego un par de semanas más, vamos a arrasar las terrazas madrileñas. Todo sea por la ración de vitamina D que todo bebé recién nacido necesita. ¡Lo que tienen que hacer los padres por sus hijos!

En la recta ¿final?

Querid@s tod@s, qué gusto da veros por aquí después de unas largas y merecidísimas vacaciones. Vamos al lío:

Todos sabéis a estas alturas que el guaje es un ángel. Dio un fenomenal embarazo, un parto prácticamente indoloro, ni un triste cólico, había que despertarlo por la noche para comer, le daban las 12 de la mañana durmiendo los fines de semana, y es más bueno que Lassie con bozal, por más que tenga su carácter. ¡Una bendición!

De verdad que lo vamos a canonizar a este niño. Si es que antes le dice la madre: "cuando nazca el neñu tienes que llevarme al hospital jamón, que tengo muchas ganas" y contesta el pobre: "yo también tengo muchas ganas de ver al neñu"  :_)

De verdad que lo vamos a canonizar a este niño. Si es que antes le dice la madre: «cuando nazca el neñu tienes que llevarme al hospital jamón, que tengo muchas ganas» y contesta el pobre: «yo también tengo muchas ganas de ver al neñu» :_)

Pues bueno, el segundo (que responderá al nombre de “el neñu”) creo que pretende hacer honor al fenómeno metereológico del mismo nombre. El neñu promete desde el minuto cero. Qué tío. El jueves mamanatas sale de cuentas, pero a estas alturas ya podríamos llamarlo “el esperado”, por evitar alguna que otra palabra políticamente incorrecta.

El primer síntoma de lo que nos esperaba llegó con esa sobredosis de glucosa que hacen llamar “prueba de la curva del azúcar”. Tres veces tuvo que repetirla mamanatas y al final el resultado fue inequívoco: diabetes gestacional galopante. La pobre ya no es que no pueda comer jamón ni carne cruda… es que ahora tampoco puede tomar nada dulce, ha de pesar todo lo que come y andar con cuidado con la pasta y el arroz. Lo único bueno de esta situación es que he encontrado una doctora que ha relevado a la que yo ya llamaba «mi ginecóloga» (pibón). La endocrina que nos ha tocado en suerte… es una chica majísima, encantadora. Estoy pensando ya en pedirle consejo médico profesional para quitarme algún kilillo.

mamanatas: ¡ole y ole! eso es un marido hecho y derecho… será cabrón el tío, ¿no está pensando en ponerse a tipín por otras y no por la santa que lo aguanta? Para las que decíais que tengo una joya en casa… esta es la verdadera cara (dura) de paparracho.

Si es todo bromina, mujer… Bueno, a lo que íbamos. Diréis que el neñu no tiene culpa de la diabetes de su señora madre y quizás tenéis razón, pero es que eso no es todo: 100 euros, 100, fue lo que pagamos por una ecografía de esas en 4D. Cuando la hicimos con el guaje, se nos mostró con todas las poses posibles: amoroso, enternecedor apoyando su carita en la placenta, con la lengua fuera, sonriendo, poniendo pucherinos… Con el neñu lo intentamos 4 veces, sí, CUATRO VECES. Las poses fueron: te enseño los huevecillos, ahora con el culo en pompa, ahora me giro y parece que te voy a enseñar la cara… pero ¡NO!, me pongo los brazos delante, ahora te vuelvo a enseñar los huevos… Sólo le faltó hacernos un corte de manga al tío. Los 100 euros volaron y todo lo que tenemos en nuestro poder es un DVD en el que se ven más huevos que en la granja de Coren.

mamanatas: al habla la madre del pantojín: es muy fuerte que desde entonces diga paparracho que el guaje es su favorito, ¡hay que tener valor! es verdad que se hace de rogar el muy jodío, pero que conste que nos enseñó estupendamente las manos y también los pies, y un requetepoquitín de refilón una carita enfurruñada de narices (espero que su primer tatuaje sea «amor de madre», que me lo merezco toíto too)

Y llegaron las vacaciones. Nos fuimos a Alicante unos días estando mamanatas de 34 semanas. Llevábamos allí solo dos cuando… ¡TACHÁÁÁÁÁÁÁN! Se pone de parto: escapada urgente al Hospital General con resultado de 3 días de ingreso y otros 2 de reposo absoluto. En eso consistieron las vacaciones. Tal era la inminencia del parto en aquel momento que tuvimos que llamar a mis padres para decirles que había dilatado varios centímetros y que podía ser en cualquier momento. 15 minutos después llamamos para decir que la iban a medicar para pararlo y que esperasen a que les fueran contando, pero en ese ratito ya habían hecho el equipaje y habían encontrado alojamiento en Elche. Demencial, teniendo en cuenta los 900 km de distancia. Al menos sacamos algo en limpio: a nosotros nos trajeron el libro de familia, el teléfono y el ordenador del trabajo, el carrito y la silla del coche para el bebé (nótese que muy previsores no somos, ¿verdad?). Ellos, por su parte, disfrutaron de las vacaciones que nosotros no tuvimos porque en aquellos días, como podéis imaginar, no pasó nada.

Salimos en dirección a Madrid tras los dos días de reposo absoluto, cruzando los dedos y con la lista de Hospitales del camino bien memorizada, porque parecía más que factible, casi probable, que lo tuviéramos por el camino. Almansa, La Roda, Albacete y Arganda, no se me olvidará en la vida. Llegamos a casa, suspendimos la semana de vacaciones en Asturias y a esperar al feliz acontecimiento.

Pasaron un, dos, tres, cuatro, cinco, seis semanas, pasaron un, dos, tres, cuatro, cinco, seis semanas… y aquel neñín y aquel neñín, y aquel neñín aún no se decidió. Iba a ser algo inminente y aquí estamos, a 2 días de salir de cuentas y sin una triste contracción. Me lo imagino descojonao de nosotros dentro del útero mientras se toma un relaxing cup of café con leche, se lee el suplemento dominical y hostia a su madre a patadas que ni el mismísimo profesor Miyagi, al que dios tenga en su gloria.

Qué tipín tiene la jodía... de 9 meses y con 54 kilos. Hasta se le ha puesto un pandero redondete a la Jennifer López que... ¡ay, omá, qué rica!

Qué tipín tiene la jodía… de 9 meses y con 54 kilos. Hasta se le ha puesto un pandero redondete a lo Jennifer López que… ¡ay, omá, qué rica!

mamanatas: sí, mucho «omá, qué rica» pero siempre me dice lo del pandero de Yei-lo con un tonito de cashondeo que me siento más bien como «Ofrawinfrey» versión decolorada.

A estas alturas, nada está claro, pero os prometo que se nos está haciendo ETERNO. Sospechamos que ha pedido prórroga y pretende hacer la #AcampadaInUtero15M para esperar a esa fecha señalada. Sabemos que los médicos no se lo permitirán, pero por ganas no va a ser. En BWIN, Betfair y misapuestas.com se paga 20 a 1 el parto normal y 1,1 a 1 el inducido. Creo que están a punto de suspender la cotización ante el poco juego que da el tema, no os digo más.

En fin, que estamos (teóricamente) en la recta final y que tenemos unas ganas terribles de que esté con nosotros. Y que cuando asome la cabecina diga: “que era bromaaaaa, que soy tan bueno como mi hermanooooo, pero… ¿a que os tenía acojonados, eh?