Donde dije guaje digo neñu
O digo “guaje+neñu”. Porque hoy he venido a hablar de mis hijos. Sí. Del primero y del segundo. Y del mayor, paparracho, por qué no. De cómo me siento. De qué tal nos vamos acoplando. De cómo parí. Porque ahora, además de sumar experiencias, se comparan; a veces es feo pero es inevitable…
Los partos, bien, gracias. El primero muy bueno. El segundo igual de bueno pero mejor por ser más rápido incluso. En los dos epidural en vena o donde te la pongan, que ya no me acuerdo de la explicación de las clases de preparación al parto (del primero, of course, porque con el segundo… ni clases ni clasos). No soy yo de estas chicas de ahora naturales que prefieren parir con dolor y sentirlo mucho. Yo lo siento mucho, pero aunque me encantaría pasar por la experiencia sin epidural viendo lo que cuentan algunas… no. Lo confieso, no soy valiente para ello.
En el primer parto hubo enema así que riesgo cero de canoa, pero en el segundo, como iba todo tan rápido, no hubo evacuación previa controlada y siempre me pregunto si hubo escape o no… vamos, si me fui de vareta. De paparracho no me fío ni un pelo porque se sonríe maliciosamente mientras dice “yo creo que sí” y esto me lo hace muchas veces cuando se mete conmigo contando alguna mentirijilla para dejarme mal. Así que yo creo que no.
paparracho: está feo que un hombre hable en estos términos de una mujer… y yo además de un hombre, soy un caballero. Vamos a decir únicamente que en aquel quirófano muy bien no olía… ahí lo dejo!
Aun así disfruté como nunca de los dos partos. Cuando ya están saliendo y te dicen que los cojas (bien agarrados también por el gine, claro: a ver quién se fía de una parturienta nerviosa, cansada, medio drogota y quizás ligeramente cagada) y te los pones/n encima eeesss… Y aquí lo dejo porque no me quiero poner pesada ni ñoña. Es “lo más” y punto.
Una vez paridos, la sensación con la lactancia materna está siendo mejor ahora; para mí en este aspecto la experiencia es un grado. Más o menos sabes lo que te espera, las grietas las controlé en esta ocasión desde el principio, me tatué en la parte de arriba de la teta izquierda la palabra “a” y en la teta derecha “demanda” para que al bajar mis ojos las vieran y lo tuviera bien presente y así, creo, desde mi humilde opinión, que el neñu me usa más de chupete que el guaje; de esta manera, las noches fueron mejor con el primogénito, primero porque fue un marmotín de manual y segundo porque era más chupetero de goma y el neñu es más chupetero de teta. Quizás más esfuerzo pero más placentero, todo hay que decirlo. ¿Como el parto sin epidural? Ahí lo dejo.
paparracho: Ay, madre mía, que ésta se me hace lactivista ahora… ¡bueno, qué coño! Si era súperfeminista cuando la conocí y ahora su mayor sueño es que a mí me suban el sueldo algún día lo suficiente como para dejar de currar y ser una mantenida. ¡Dónde está mi mamanatas, que me la han cambiado!

Esto es en lo que estará pensando paparracho ahora cuando habla de feministas, jajaja, pero bueno, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid: QUE NADIE DECIDA POR MÍ.
A los dos los quiero con todo el alma aunque no esté dedicando el mismo tiempo ni las mismas atenciones al segundo. Y, sin embargo, en los momentos en que puedo hacerlo me encanta achucharlo con fuerza, disfrutarlo al máximo e intentar grabar con fuego estos momentos con mi nuevo bebé, en parte porque probablemente sea mi último bebé . Y el hecho de saber esto hace que sienta una terrible nostalgia por saber que no volveré a usar un predíctor, que no volveré a estar embarazada, ni a tener un parto, ni a tener otro bebetón mío propio. Y digo probablemente porque a paparracho me parece que no le engaño con un tercer vástago ni de coña. Hombre, si se trata de llevar al extremo lo de engañar y tenerlo con otro… pero no, ni de lejos entra en mis planes. Porque al mayor, a paparracho, lo quiero con locura, aunque él piense que lo tengo aparcadito y olvidado gracias a los herederos. Nos quiere, nos cuida, nos protege y me encanta que sea el papá del guaje y del neñu.
paparracho: bueno, bueno, bueno… ¿peloteo máximo para ver si dejo la puerta abierta? pues son muy hermosas sus palabras, bella dama, pero sólo le puedo decir que disfrute al máximo de su último bebé. 😉 Y me encanta que me digas que me quieres con locura (y lo de nos cuida y nos protege me ha llegado al alma, muy de la Sección Femenina, jejeje), pero un poco aparcadito y olvidado sí me tienes… 😦

No sé si en aquella época estos manuales de buena esposa causarían mucho revuelo, pero la verdad es que lo ves ahora y es para mandar al «guionista» al Club de la Comedia, madre del amor hermoso.
La organización familiar por ahora está yendo bastante bien. La hora de acostarse de los peques se nos alarga más de lo que nos gustaría pero es más debido al horario de trabajo de paparracho que al hecho de haber aumentado la familia.
Ver veremos cómo acabo de loca cuando empiece yo de nuevo a trabajar y pierda la mínima cordura que me queda: pocas e intermitentes horas de sueño nocturno, madrugones, curro, malcomer, carreras para recoger a los churumbeles en dos barrios distintos, teletrabajo, juegos con los peques, compra, labores domésticas, baños, cena, vida marital, pocas e intermitentes horas de sue…zzzzzzz…zzz…zzzzz…zz…zzzzzz… ¡aaaaaagghhh!! ya estoy loca solo de escribirlo!! A esto añade hueco para los extras: una pizquita de vida social, todas las pelis y series que quiero ver, todos los libros que quiero leer, enfermedades, médicos, revisiones de pequeños, de adultos, de animal y de coche, reuniones con los jefes, con las profes, con el AMPA, la lavadora que se rompe, el seguro del vecino por las humedades, el arreglo de esa chaqueta que llevas meses sin poner porque no le has cosido el botón, el cumple de un familiar, el nacimiento de un bebé amigo… ¡aaaaaggghhhh! quiero otra baja maternal, quiero ser ama de casa, quiero ser saaanta, quiero ser beaaata… ay, que ya me quedo loca del todo y se me va la pinza.
Finalizo mi post con su título: donde dije guaje digo neñu; o digo paparracho. ¡Porque eso es otra! Eso que hacen todas las madres y que nunca pensé que me iba a ocurrir a mí cuando lo fuera #estápasando: a los tres les cambio el nombre; gasto los tres intentos hasta que acierto. Y me temo que si tuviera tres retoños más los gastaría todos hasta dar con el bueno. Qué razón tiene paparracho cuando dice que no quiere más prole… seguro que al de los dientes le doy la teta y al de cinco meses el punzón para troquelar las fichas del cole :O
Alegato familiar
O también llamado «¡ale!, gato familiar». Y es que, con este pésimo juego de palabras, perdón, me enfrento al mayor reto con(tra) paparracho.
Para nosotros, como unidad familiar, no fue un reto la elección del momento para el primer hijo, ni tampoco la del segundo ni sus nombres. Ni la casa que malcompramos ni el cambio de coche. Ni el cole de los niños ni el tipo de educación que queremos darles. Afortunadamente, hemos estado más o menos de acuerdo en los grandes asuntos familiares. Pero, ohmygod, si algo ha dividido seriamente este matrimonio han sido los pelos… y, por aclarar, no los míos.
Por un lado, está el asunto de la barba de paparracho. En este tema he salido perdiendo de todas todas. A pesar de haber ganado una batalla después de los escraches, en realidad, se la deja y se la quita cuando le sale del hoyuelo. En las últimas semanas se la había vuelto a dejar y se la ha quitado recientemente no por mi persona sino por el nuevo miembro de la familia, ya que no podía achuchar en condiciones al neñu: vamos de modernos pero tanto como para hacerle escarificaciones al pequeñín con el pelamen pinchante barbil del papi como que no.
paparracho: si es que soy un padrazo… ¡renunciar a ese plus de atractivo por achuchar al bebé! 😉
Y luego está, el tema felino. Anda que no llevo yo bregao para tener un compañero gatuno. Al principio de nuestra convivencia no hubo planteamiento posible ya que Tango, el perro de paparracho, aunque no vivía con nosotros ni en la misma ciudad venía a visitarnos varias veces al año y no era plan juntar a un perro y a un gato en la misma casa si no conviven de manera habitual. Acepté esta situación bien: me daba rabia prescindir durante todo el año de lo que yo quería por unas visitas de unos días pero no podía ser de otra manera mientras Tango nos acompañara. Además yo también quería mucho a este perro tan especial para todos. Tengo que añadir que Tango era muy particular; yo le decía a paparracho que era un perro-gato porque no era el típico perro que estaba todo el día encima de ti; le gustaban los mimos pero casi casi solo cuando él los pedía; muchas veces estábamos todos juntos en el mismo espacio y él se iba a su bola a otra habitación; así que yo le tomaba el pelo a paparracho cuando la razón del no-gato era que no le gustaban: “¡pero si tienes un perro-gato!”.
paparracho: ni perro-gato ni leches en vinagre. A ver si crees que me vas a en-gatu-sar con algo tan endeble. Perro-gato… el mejor perro del mundo es lo que era Tango. Con su personalidad y su criterio, como ser inteligente que era el pobre.
Siempre he convivido con animales. Me gustan los perros. Y, sí, puede que sea… rara no, especial quizás: soy de esas personas a las que también les gustan los gatos (que conste que los gatófilos somos más de los que yo pensaba). Desde que me emancipé no he tenido ningún animal a mi cargo y, la verdad, es que se me hace muy raro. Cuando a veces paso de casualidad por delante de la sección de animales en el supermercado no me cuadra que no tenga que llevarme nada, no sé, puede ser una tontería pero a veces siento un vacío en este aspecto. Tal es así que, tiempo antes de tener al guaje, le pedí a paparracho “permiso” para tener un hamster (sí, vale, es un poco infantil pero era lo que veía más viable de conseguir) a lo que se negó rotundamente y adujo que lo que necesitaba era un hijo, que mi reloj ya estaba llamando a la puerta; tuvimos un buen disgusto y el tema se quedó ahí.
paparracho: Supongo que esto es una licencia poética… hamster? reloj que marca que se pasa el arroz? disgusto? No hagáis caso. Es la edad, que no perdona…
Pasaron varios años en los que nació el guaje, Tango nos dejó… todo muy del ciclo de la vida. Y ahora me encuentro con un bebé de menos de 2 meses y volviendo a la carga con este pedazo de rollo que me he marcado. Por varias razones:
- porque me gustan los animales, y, en concreto, los gatos; no los veo como un segundo plato de los perros, en plan: es más cómodo, menos sacrificado, no tienes que sacarlos, pueden quedarse unos días solos en casa, que todo esto es verdad, pero no voy por ahí; me gustan los gatos porque sí, porque me gustan de verdad, me gustan sus movimientos, su planta, su carácter, su ronroneo, su sonido, me gustan y punto
paparracho: y a mí me gustan los Ferraris y Scarlett Johansson, pero no se puede tener todo en la vida. Mírame a mí, qué bien lo llevo asumiendo mi renuncia VOLUNTARIA a ambas cosas.
- porque todos los estudios indican que convivir con animales, sobre todo, perros y gatos, es buenísimo a muchos niveles: emocional, sensorial, físico (ayuda a evitar alergias, a no ser que tengas alergia a los gatos, jejeje)
paparracho: y también todos los estudios dicen que los gatos tienen uñas y que las uñas arañan y que los sofás, las cortinas y las sonrosadas mejillas de los bebés corren peligro. Mi responsabilidad como padrazo me impide asumir estos riesgos, entiéndelo.
- porque me gustaría que mis hijos crecieran con animales, que los amen, que jueguen con ellos, que los cuiden, que se responsabilicen, y por qué no, que sufran cuando estén malitos o cuando falten
paparracho: Ibas bien con este argumento, ibas bien. Pero lo de sufrir cuando falten no termino de verlo. Hace casi año y medio que no está Tango y mira a mi familia, que aún estamos recogiendo pedacitos nuestros por ahí. Claro, que en realidad seguramente la pérdida de un animal tan independiente y pasota como los mininos se llevará mejor, supongo.
- porque paparracho me lo debe, después de darme falsas esperanzas desde hace unos cuantos años
paparracho: Yo nunca te dije nada de que tendríamos un gato cuando no estuviera Tango. Te dije que no mientras estuviera él. Si A entonces No B, ni implica que Si No A, entonces B. Es de primero de Lógica, así que… lamento el malentendido, pero no.
- porque aquella vez no era la llamada de mi reloj biológico, aquella vez era un último cartucho, una remota posibilidad, una puerta abierta para un futuro #lindogatito
paparracho: para, para, que me vas a hacer llorar… a ver cómo te lo explico. Tienes tantas posibilidades como de que un gran trasatlántico choque contra un iceberg y se vaya al fondo del mar. Y dirás, pues no es tan complicado, ya le pasó al Titanic. Pues eso, si ya pasó una vez, ¡imagínate lo difícil que es que vuelva a ocurrir!
Así que ahora me encuentro elevando la voz desde nuestro pequeño altavoz para decirte a ti, paparracho, que esta es mi carta a los reyes magos. Y que si el tema cuaja aquí van una serie de apuntes para los reyes:
1) Tiene que ser adoptado, sí o sí
2) Preferiría que fuera menor de 3 meses aprox. Me quedo más tranquila, por mis dos retoños, que el nuevo miembro crezca con nosotros y nos habituemos todos a todos. Además creo que para los niños es mucho más interesante ver la evolución a través de fotos y vídeos de su nuevo “hermanito”
3) Me inclino por gatA. Por favor, no necesito otro par de huevos más en esta casa 😉
Por último, gentes de bien, gentes especiales a las que os gustan los gatos, dad un paso al frente con la cabeza bien alta y decid: «soy fulanita y me gustan los gatos». Y podéis añadir: «paparracho, mamanatas se merece una gata». El resto que no sea gente de bien ni gatuna y me venga a boicotear solo les avisaré con esta imagen:
P.D.- Si alguien quiere colaborar con esta causa ya habéis visto que tenemos hasta hashtag: #lindogatito
Actualizo después de leer uno de los comentarios para recomendar la lectura de este buen post progatos: http://lasmamasde.conpequesenzgz.com/2013/06/gatos-ninos-y-embarazo/
Escrache final: ¡VICTORIA! (prevacacional)
Parece que la familia paparrachomamanatera se va de vacaciones pero antes, los activistas de esta familia, léase, mamanatas y guaje, han hecho llegar a la agencia Ejque un par de documentos audiovisuales con la esperanza de que paparracho ceje en su empeño de mantener el abrigo de visón sobre su mentón.
Aviso: esta fotografía puede herir sensibilidades. Los propios ejecutores de la misma, han confesado que esperan no tener que llegar a cumplir sus amenazas con la camiseta de su equipo glorioso como protagonista.
Según fuentes policiales, en plena toma de la fotografía, se ha presentado paparracho en el domicilio familiar y esto ha provocado una tangana que ni Pepe en un Madrid-Barça.
Los alborotadores han sido desalojados al grito de varias consignas, en alguna de las cuales se mencionaba a nuestro queridísimo hijode presidente del Gobierno. Aquí podemos escuchar sus lemas (PINCHAD, PINCHAD):
paparracho: ¡Desisto! Sé que son capaces de todo (incluso de destrozar mi camiseta del Sporting) y la presión que he soportado estos meses no se le puede desear ni al peor de tus enemigos. Además, esos ojos infantiles enmarcados con el palestino, reflejan un sentimiento de desolación que, acompañado de ese «porque pincha… y está muy feo» me obliga a renunciar a mis propósitos.
Pd: Lo que ellos no saben es que sí, mañana me afeito, pero ahora nos vamos de vacaciones y se me va a olvidar la maquinilla y, claro, van a ir pasando los días y… ¡¡¡¡¡¡¡MUAJAJAJAJA!!!!!!
Escrache II: La cosa se pone seria.
Vuelven los escraches al hogar de paparracho y mamanatas. Un mes después de que se produjera la primera medida de presión contra la barba del cabezón de familia, llegan el guaje y la preñi con una nueva incursión en el mundo escracheril.
En esta ocasión, la acción se ha tornado bastante más agresiva y amenazante que la anterior, y para muestra, los propios sujetos activos han facilitado a la agencia Ejque el siguiente documento visual con una de las posesiones más preciadas del barbapapá que nos ocupa:

Lo de limpiarse el culo con un mal libro no siempre tiene sentido… en este caso la tecnología no ayuda.
Por ahora, no se sabe hasta dónde es capaz de llegar esta familia pero sí han anunciado que seguirán luchando por mantener a salvo su epidermis facial: «No nos pincharán» han terminado gritando con un bote en alto de espuma de afeitar.
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A la mañana siguiente, Paparracho se despierta y encuentra este post. Con los ojos fueras de sus órbitas y paralizado por la ira y el terror, reacciona:
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paparracho: ¡¡¡¡NOOOOOO!!!! ¡El eBook noooooo! No te atreverás a llegar hasta ahí y encender esa mecha. Me obligarías a contraatacar con algo serio, publicando algo como… no sé… ¿te acuerdas de las fotos del desnudo de tu primer embarazo?
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Escrache «Stop a los pelos»
La agencia Ejque informa de que en un domicilio madrileño se ha producido un escrache en el que se exigía la desaparición inmediata de la barba de un hombre llamado paparracho.
Según fuentes policiales, todo parece indicar que los participantes en dicho escrache son miembros de la propia familia del individuo, concretamente, su mujer, cuyo nombre es mamanatas, y su hijo, más conocido como «el guaje».
Se desconoce si se trata de un escrache puntual o si tendremos más noticias que apunten en la misma dirección.

A la mujer, embarazada, parece asomarle cara de pena y desesperación bajo su pañuelo palestino; seguramente debajo de esa cara sonriente de Pluto se esconde un inocente niño amargado con la barba de su papa.
Seguiremos informando.
Yo elijo Educación Pública
Necesito unas clases de apoyo. Pero no de las de pago, de las gratuitas, que yo soy de las de pelear por lo público. Y hay muchas cosas que no entiendo y una es este fervor, al menos madrileño, por los coles concertados. Ahora que estamos en pleno reconocimiento del terreno escolar nos encontramos con las siguientes opciones:
- Público nº 1: instalaciones majas, profesorado implicado, primero de la Comunidad de Madrid en las pruebas de la Espe (eso sí, en la lista de colegios guays de El Mundo no sale), línea 1 (una clase por curso) a pesar de que tienen espacio para más. De hecho, parecería incluso que mendigasen alumnos para su única clase por curso. AMPA participativa. Aún no hemos ido a la jornada de puertas abiertas.
- Público nº 2: instalaciones majas -punto menos-, profesorado implicado, segundo del distrito en las pruebas de la Espe (entre casi 50 coles), han conseguido el año pasado llegar a ser línea 2 así que suponen que este año irán por el mismo camino. AMPA participativa, último viaje de estudios para los de 6º de primaria ¡a Liverpool! (mira, al menos en esto van a vivir mejor que en nuestra generación…). Unos 50 padres en las puertas abiertas.
- Público nº 3: instalaciones sí pero no, con posibilidades pero viejunas, profesorado implicado-tristón (contagiado por la evolución de alumnos del colegio en los últimos años), resultados de la Espe en la media del distrito, tienen espacio físico para ser línea 800 pero les cuesta llegar a ser línea 1. Está en la zona del barrio donde hay familias con más dificultades económicas y se implican: se hacen cargo de parte del coste de los libros en Educación Infantil (entre un tercio y la mitad del coste total). Unos 15 padres en las puertas abiertas..
- Concertado nº 1: instalaciones estupendas, profesorado riguroso-delosdeantes, resultados intermedios en el distrito en lo de la espe, van sobrados de alumnos aunque no representativos de la zona; creo que vimos un inmigrante de refilón. Capilla para unas 500 personas y dos oratorios para los de infantil; uno coquetísimo, con cortinas muy años cincuenta y sillas de un nivel de sobriedad “celda de Santa Teresa”. Cientos de padres en la jornada de puertas abiertas.
- Concertado nº 2: similar al anterior. Estos dos coles son los que lo petan en el barrio.
Así, con estos datos, objetivamente, podríamos llevar al guaje al público nº 1 ó 2 o a cualquiera de los concertados, pero es que, claro, no somos religiosos y cuando te enseñan esa megacapilla con un biombo de madera separando una esquinita, tipo lugar para las mujeres en las mezquitas, pero en este caso para los nenes de 3 años (oratorio 1), y al lado de la megacapilla una habitación con sillitas y alfombras (oratorio 2, más recogido, palabras textuales) pues se te cae el alma a los pies -en el supuesto de que la tengamos- y pegas la vuelta por el camino por el que llegaste.
paparracho: es que yo no termino de entender esto; comprendo que si el colegio pertenece a una congregación religiosa, tengan una opción mayoritaria en la que la religión católica tenga mucha presencia pero, si el colegio está sostenido por fondos públicos, ¿no deberían tener también una opción laica? es que la ley garantiza a nuestros hijos una plaza en una escuela, pero no en una pública sino en una pública o concertada. Los niños no religiosos (bueno, ningún niño es de ninguna religión, son los padres) o los musulmanes o judíos, si no tienen un colegio público con plazas en su barrio, ¿tienen que irse a la otra punta de Madrid o tragar con que su educación garantizada por ley se la tienen que dar en el Beata María Ana de los dolores de la Redención y ha de ser católica? No entiendo nada.
Lo llamativo del asunto es que, cuando hablamos del tema cole con nuestros amigos-padres, nos miran raro cuando decimos que queremos llevar al guaje a uno público, algunos como si fuéramos medio inconscientes. Y por la calle, en estos días, oyes cosas como: “yo es que a un público no lo quería llevar” (textual). Y todos estos amigos proconcertados no van allí por la religión, no, nada de eso, de hecho, lo ven como algo que tienen que asumir pero lo asumen sin problema, sin cuestionarse nada, como el que se casa por la iglesia por la familia o por tradición y no vuelven a pisar un templo católico hasta el próximo BBC, es decir, la misma vida religiosa que tenemos nosotros más o menos. En fin, cada uno que aguante sus inconsistencias, que nosotros también tenemos las nuestras.

Enorme viñeta de El Roto, tan certero como siempre. Parece que esto ya se ha convertido en lo fundamental de la educación para muchos. Tan triste como real.
La sociedad madrileña hace tiempo que ha empezado a asimilar que lo público es para el que no puede optar a algo mejor. Han aceptado el estigma de la guetificación que nos intentan colar progresivamente nuestros queridos gobernantes madrileños, porque los resultados no avalan esa teoría: las instalaciones subsisten a duras penas, pero el entusiasmo del profesorado y la dirección de un colegio marca más el nivel educativo que el tamaño del gimnasio o la sala de trofeos.

Forges es ese gran dibujante que podría ilustrar nuestro estado de ánimo cada día. Esta sensación es la que nos transmitían los colegios públicos en cuanto a medios. Suerte los grandes profesionales que pelean por dar un servicio de calidad a la sociedad cada día.
La visita al concertado nº 1, con todo lo concertado que era, estuvo mal. Aquello era como el rastro, venga gente por todos lados, desorden y barullo en los pasillos por la masificación… ¿y cómo deciden organizar todo este lío? pues poniendo como guías a los alumnos de último curso de bachillerato para que te mostraran todas las magníficas instalaciones y para que te contasen la pena que les daba dejar el colegio, que tenían un vínculo especial, blablablá, pero de detalles tan sencillos como horarios, fechas aproximadas de papeleos, desayunos, etc., de esto no tenían ni la más mínima idea. Coño, dadles un pequeño guión para las preguntas habituales que hacemos los padres. Pero parecía que la información la daban con cuentagotas, para ¿entrevista personal? ¿proceso de selección? Una de nuestras jóvenes guías le trasladó de pasada una de nuestras preguntas a la coordinadora de infantil y su respuesta fue que eso nos lo dirían cuando hiciéramos la matrícula… ein? perdone? pero si lo que quiero es saber horarios para ver si me puedo organizar con el trabajo y si me interesa ya hecho la matrícula, no voy a echarla sin saber a qué me atengo, precios, etc… No sé, un poco raro todo.
Y este tipo de coles son los que tienen más demanda, a pesar de que la cuota puede salirte fácilmente por el doble de la de uno público; de forma absolutamente ILEGAL y por tanto disfrazada de “cuota voluntaria”; una cuota voluntaria que no hemos conocido aún a nadie con huevos para no pagarla.

Una buena viñeta que refleja el duro tránsito de la Escuela Pública en la Comunidad de Madrid. Gracias a http://www.e-faro.info
Pues no, señores, no me parece justo. Cuando los colegios públicos no están ocupando todas las plazas de las que disponen, y no solo eso sino que están llegando al punto de cerrar porque no tienen alumnos, yo digo desde esta pequeña tribuna que, ¡¡ni un concierto más!! El que quiera su colegio de españoles de bien que se lo pague. Ni más ni menos. No hace falta tener dos dedos de frente para darse cuenta de que hacer lo contrario es despilfarrar el dinero público y no creo que estemos para ello. El concepto del concierto escolar nació en un momento puntual de nuestra sociedad en el que faltaban escuelas públicas para tanto babyboom; a partir de aquí, ya está, se acabó. ¿Libertad de elección? Eso implica que ha de haber coles buenos y malos y lo que nosotros queremos es que TODOS sean magníficos, que la elección consista en buscar el más cercano. Eso es lo que pasa en países como Finlandia, donde hay la mejor educación del mundo según todos los organismos internacionales y donde más del 95% de los colegios son públicos y de igual calidad. Si lo que quieres es un colegio donde todos los niños sean estupendos y de tu clase social, si esa es tu elección, te lo pagas. Así de claro.
paparracho: El argumento es que la educación concertada nos cuesta menos que la pública. Que el coste por alumno es menor para el estado (cifras tan poco contrastadas y expuestas como las de la sanidad gestionada de forma privada). De lo que no se habla es de cómo en los sitios con más tradición de conciertos, la pública se ha devaluado más en imagen que en otras regiones. Y digo en imagen porque los resultados (y los coles de nuestro barrio son un ejemplo, no hace falta ir más lejos) demuestran que no hay diferencias en la calidad de la docencia. Tampoco se habla nada de la fractura social, cómo en algunos colegios hay sólo niños de clase media-baja y porcentajes altísimos de extranjeros y en otros sólo están los que se lo pueden pagar, todo muy homogéneo y muy bueno para entender la sociedad en que vivimos.
Y en esas estamos, intentando tomar una de las decisiones que consideramos más importantes de nuestra vida y, sobre todo, de la vida del guaje, y a la vez intentando entender a esta sociedad en la que tantas veces nos sentimos como perros verdes.
Confesiones. Mamanatas: «soy fan de supernanny»
Me declaro fan de supernanny. Sí, así soy yo. Una valiente. O una cobarde, porque paso más miedo viendo a la encantadora de perr… quiero decir, de niños que con un capítulo de American Horror Story.
Independientemente del reality show, a mí me parece que la tía tiene una templanza, un zen, que ya lo quisiera yo. Que aquí no se trata de si estás más de acuerdo con los experimentos de Pavlov que con los mundos de Yupi. Se trata de pequeños monstruos que tienen toda la pinta de convertirse en un Chungo Hermano Mayor de esos. Y qué quieren que les diga: yo saco bastantes ideas buenas. El guaje nos ha salido cabezón. Y no me refiero a lo físico, que también un poquito, como el padre.
paparracho: ¿será posible que tengas que aprovechar la mínima ocasión, hablando de cualquier tema, para meterte conmigo? Falacias a un lado; mi casco de moto lo dice claramente: «Talla S», así que ¡a callar, cabezapájaro!
El guaje entra por una pared de hormigón armado, aunque, en general y afortunadamente, suele obedecer. Pero hay momentos muy difíciles en esto de la maternidad. Qué felices (más bien infelices) pueden ser las familias que nos presenta supernanny…

Buscando imágenes de niños con cara de bicho, me encuentro con esto. Hay que tenerlos cuadrados para disfrazar así a tu niño pelirrojo!
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Si te enteras de que, a raiz del éxito televisivo, esta psicóloga cobra un pastón por acudir a charlas de crianza… hombre, pues parece de un oportunismo tremendo e incluso frívolo.
paparracho: mujer. Se dedica a eso. No creo que Carlos González, Eduardo Estivill o Laura Gutman cobren menos que ella, aunque no tengo ni idea. Ya sabes lo que pienso de los «gurús» de la crianza en general… algún día expulsaré aquí toda mi bilis.
Tampoco todo lo que veo en el programa me gusta, hay algunas cosas que me incomodan pero pocas. El otro día, en uno de los casos, un niño se levantó durante la cena para ir al baño y la consecuencia fue que su momento de cena se terminó. Vamos a ver, yo, como persona bastante cabal, quise pensar que el niño tendría la manía de levantarse siempre durante la cena, y que además se le avisa siempre de que tiene que ir al servicio antes de las comidas y él no lo hace. Y que encima, en esta situación que quiere ir al baño, se ve que puede aguantar perfectamente las ganas, que no está “apurado”. Pues en el programa no se ve en ningún momento nada de esto, ni hacen alusión a ello. Feo, bastante feo. Sin embargo, como decía, se pueden coger ideas y acomodarlas a nuestros propios puntos de vista.
Que tampoco digo que el conductismo “a saco” sea la solución. Pero hay padres más equilibrados, más blandos, más dictatoriales, más pasotas, más perdidos que otros. Y niños que son más llevaderos, más ñoños, más tiranos, más panchos, más perdidos que otros. Y nadie tiene la fórmula exacta, menos mal, menudo aburrimiento si no.
Volviendo a las ideas buenas que podemos sacar viendo este reality y que nosotros intentamos aplicar es el resaltar todo lo bueno que hace el guaje y lo negativo decírselo una o dos veces sin recordárselo otra vez cuando empieza a comportarse bien; quién no ha escuchado o dicho en alguna ocasión: “ves, ahora sí, ahora estás portándote bien, no como antes, que estabas siendo malo, armando un ruido tremendo y molestando a la gente»… ¡NOOOOO, PAPÁS, ESO NO SE HACE, CACA! La verdad es que si nos paramos a pensar un poco, en general, nos cuesta demasiado destacar las cosas buenas de la gente e incluso halagar, coño, que nos gusta más el critiqueo que a a Jorgejavier.
paparracho: ¿Critiqueo? No lo dirás por mí, ¿no? Yo solo critico lo imprescindible: lo excesivo, lo hortera, lo insorporable, los estilismos aberrantes… vamos, que el 15J aquel me puse las botas, pero normalmente no. Soy muy tibio yo con estas cosas, ya lo sabe todo el mundo… 😛
La sensación final que me queda con los programas de supernanny es compasión porque lo que me imagino, cuando la señorita Popinsmeyer deja a las familias continuar con sus vidas, es a los niños dando palmas con las orejas y diciendo: «menos mal que la bruja esta se pira ya«. Y esos padres sufridores del undostrés sufriendo, valga la redundancia, en silencio para el resto de sus vidas, y que piensen que lo peor que pueda hacer su vástago es participar en Gandía Shore.

Pese al entusiasmo de Rita y Paco al conseguir el programa para Valencia, os advierto: su visionado puede herir la sensibilidad de gente más o menos normal. Especialmente contraindicados a aquellos que decían que Gran Hermano no representaba a la juventud española.
¡Ni puta idea, chapuceros! (popurrí)
Hoy es uno de esos días mierdosos, en los que todo lo ves mal, fatal, sin ganas… La situación actual tanto personal como colectiva me lleva a un desasosiego que no deseo ni a mi peor enemigo… ¡qué cojones! ¡sí se lo deseo! sobre todo a ciertos políticos y/o personajes que me están amargando la vida: la mía y la de futuras generaciones.
Y yo me pregunto: ¿es tan difícil hacer las cosas bien? ¿o, por lo menos, intentarlo? No me ha pasado nada en concreto pero a veces hay detalles que te tocan la moral, que te dan una colleja de esas que joden, un día, y otro, y otro más. Así que el post de hoy espero que me ayude a desahogarme un poquito. No tengo ni repajolera idea de cómo me va a salir la criatura, ni tampoco sé si de esta paparracho me echa del blog, por coñazo. Pero o saco todo lo que llevo dentro o exploto:
- Situación empresarial: hace un par de días fui a comprar unos regalitos al Toys r us. Al pagar, comento que los dos paquetes que llevaba eran para regalar. Me indican dónde está la mesa para envolver (parece que eso de que te lo envuelva personal de la tienda ya no se lleva… y les sale más barato, claro). Y me da una ficha para el papel. ¿Cómorrlll? Allá que voy con la ficha y cuando llego a la mesa hay un maquinón donde metes esa fichita (o en su defecto, dinero) para que te salga un metro de papel que la máquina corta sola. Si vas a envolver un chupete y necesitas menos, da igual, llorará un arbolito amazónico. Si quieres más o no tienes tarjeta, te lo pagas… ¡a 50 céntimos el metro, oiga! Vale, la calidad del papel es buenísima y el corte que te hace la máquina es limpio, impecable, pero coño, que hasta en los carrefures y los alcampos te dan el papel gratis (aunque a este paso, ver veremos). Yo había hecho una compra de dos juguetes y empezó la juerga… A ver, si pongo este aquí y este acá… no, no me da. ¿Y si lo giro? No, tampoco. ¿Y si lo estiro? ¡El papel no estira, se rompe, torpeda! Vale, venga, como soy aprendiz de trendymother me voy a currar un envoltorio tipo Corte Inglés, en pico… buff, no lo veo. Si me arriesgo, al final no me va a dar para ninguno de los dos. Así que me fui de allí con uno envuelto y el otro no… qué triste, ¿verdad?
- Situación basuril: resulta que en Madrid, a pesar de habernos subido la tasa de basuras han recortado los días de recogida del contenedor amarillo. ¡Con lo que ocupa la bolsita de los plásticos! Se te quitan las ganas de reciclar, no me fastidies. Que se te olvida un día, bueno, pero como se te vuelva a olvidar eso puede generar unas broncas familiares tremendas: «¿no has visto que estaba la bolsa llena? ¿y por qué no la has sacado?» «ah, yo pensé que la habías sacado tú…» Y cuando te das cuenta tienes al guaje jugando a los bolos con los tetrabrik mientras se bebe las últimas gotitas de lo que pille, hace días reciclado: batidos, leche, tomate triturado, mejillones en escabeche…
- Situación personal: intento comenzar mi nueva andadura profesional a mis 30 años* justo en el momento en que está la superhipermegagigayhastateracrisisdeloswebs. Así que ahora me encuentro compuesta con marido y niño, retrasando el segundo retoño hasta no se sabe cuándo, y sin curro**.
* paparracho dirá que tengo más pero es mentira, no soporta nuestra diferencia de edad
** esto puede estar a puntito de cambiar pero no quiero adelantar nada no vayaser…
- Situación colectiva: no se puede consentir lo que estamos viviendo, lo que nos están haciendo vivir. Es una tomadura de pelo constante. Estoy harta de aguirres, de rubalcabas, de rajoys, de merkels, de urdangarines, de fabras, de corrupciones, de polis infiltrados revientamanis, de UIPs a los que se les va la mano, de ciudadanos aletargados, de ignorantes que además presumen de ello, de pasotas, de manipulaciones mediáticas, de decretazos, de recortes, de medidas chapuzas, de poner la otra mejilla, de patriotismos mal entendidos, de racismos, de jueces parciales, de crisis completamente orquestadas, de primas de riesgo, de agencias de calificación, de que al final la separación entre los de arriba y los de abajo cada vez sea mayor y esté llegando a niveles vergonzosos.

Conocéis el mítico vídeo de «El hundimiento» y el cabreo que se trae Hitler en su bunker, ¿no? pues a mi lado, mientras escribo estas líneas… ¡MICKEY MOUSE!
Y ya por fin, respiro para decir que estoy completamente de acuerdo con las manifestaciones de los ciudadanos y que participaré en ellas siempre que me sea posible… incluso en las ilegales. Tiene huevos cómo algunos se pasan el tema de lo legal y lo ilegal por el forro según les interese…Gracias a el hombre ama de casa, recupero este vídeo muy apropiado para estos días:
Y os recomiendo encarecidamente la lectura de esta entrada suya.
Este popurrí de post que he parido es regulero, para qué nos vamos a engañar. Pero ya había avisado de que me estaba costando. Y además como este es un blog (casi) de maternidad tengo que quererlo igual que a los otros, ¿me ha salido así?, pues me ha salido así, qué le voy a hacer.
paparracho: Vayamos por partes, chata. El post de regulero nada; no es nuestro estilo habitual, pero hace falta poner puntos a las íes y tú los pones como nadie. Segundo: te admiro. Ya sé que lo que nuestros amigos lectores esperan es que te dé un poco de cañita como habitualmente, pero este inconformismo y espíritu luchador es una de las cosas, una entre tantas (pero muy importante), que hace que cada día me vuelvas más loco. Y por último, para poner las cosas en su sitio, el día malo no fue hoy, fue ayer (cuando escribió esto): hoy ha firmado su primer contrato como profesional de la informática y mañana empieza a trabajar. ¡Que se preparen nuestras amigas del #15J y del #28S porque el viernes vamos a partir la pana!
Por cierto, recordad que si os gustó la entrada de 50 sombras de Grey, podéis votarnos en el concurso de madresfera pulsando en este enlace. Si ganamos los libros (casi imposible tal como van las cosas), los regalaremos a alguno de vosotros y paparracho los leerá. Con mucho disgusto, pero bueno, igual aprende algo.
paparracho: qué me va a enseñar a mí ese, anda ya… ¡si me llaman paparocco sifredi!
Ay, pobre…
Diferencias irreconciliables
Como muchas dentro de la madresfera decís que esto del blog nos vale de terapia (ojo, como solución no está mal, que la cosa está jodida para permitirte pagar por echarte en un diván y además seguro que yo aprovechaba y me dormía) hoy voy a utilizar este post para enterapiarme un poco.
Alguna vez hemos comentado que paparracho y señora somos como pinypon: nos gustan más o menos las mismas cosas, tenemos unos planteamientos de vida muy similares, decimos frases largas exactamente en la misma décima de segundo… peeero, no todo es perfecto así que este post no solo va de psicoanálisis, también va de vergüenzas propias, de sensacionalismo, de amarillismo… siiií, lo peor de todo es que sabemos que os gusta, perrac@s!
paparracho: Uf, miedo me da por dónde me puedes salir en esta entrada…
Antes de nada aclaro que: “cualquier parecido con la realidad NO es pura coincidencia” y también “cualquier cosa que escriba NO podrá ser utilizada en MI contra”.
Partiendo de esto, el problema de nuestras diferencias es que, creo que jamás de los jamases nos pondremos de acuerdo en ninguna de ellas; no solo no nos pondremos de acuerdo sino que además son cosas que nos molestan muchísimo del otro, así que, a veces se nos va tanto de las manos que solo nos falta lanzarnos pelotas de goma de esas ilegales.
Diferencia 1 – Paradas en los viajes largos: paparracho no paraba en los viajes ni pa’mear. No sé cómo hacía para aguantarse las ganas… a lo mejor utilizaba la técnica esa tántrica “pa’dentro” de Sánchez Dragó pero en vez de con el semen con el pis… (joder, no quiero pensar la de búsquedas raras que nos van a entrar al blog por esta frase…).
He utilizado el pasado porque ahora con la disculpa del guaje puedo ir al servicio antes de que me explote la vejiga y hasta comer una pantera rosa en un día de esos tontunos.
paparracho: ay, con lo bien que vivíamos en la época del pañal… pero es que a los viajes se va cagao y meao de casa, hombre ya! Que son solo 4 horillas… y no mientas, malamujé, que siempre hemos hecho una parada a medio camino (con el guaje estamos intentando optimizar las 2 paradas, pero no es fácil, no)
Diferencia 2 – Tonalidades: El haber estado relacionado con el mundo de la música es lo que tiene; a paparracho le superan mis magníficas actuaciones musicales. Situación: mamanatas cantándole al guaje una canción infantil; el guaje reía, la madre reía, todo muy idílico. Hasta que llega paparracho a corregir a la cantora mamá diciendo: “no-no-no,no es así, es que estás un semitono por debajo, repite conmigo…”. Y mamanatas, hasta los huevos, suelta la frase que quedará en los anales de nuestra casa: “¡venga yaaa, no me fastidies la vida por un semitono! ¡déjanos vivir!”
paparracho: es que los semitonos son muy importantes. Llevas cantando mal el himno del sporting desde que te conozco (y eso no te lo perdono; verás como salga el guaje del Madrid!) y he tenido que enseñarte a cantar el «Susanita tiene un ratón» y hasta el cumpleaños feliz, que tiene telita lo tuyo.
Diferencia 3 – Pasión: A pesar de que los dos somos evidentemente rojeras (si alguien no se ha dado cuenta todavía, es que no nos lee) mamanatas es un poco más perroflauta y paparracho más progre.

Afortunadamente, mamanatas no ha llegado a este punto de perroflautismo… esto haría convertirse a paparracho en un Trillo, por lo menos!
Y como buen equipo, uno bajó a recibir a los mineros el martes por la noche y la otra se fue a manifestar con ellos el miércoles por la mañana. Problema: mientras mamanatas hacía su labor como fotoperiodista, paparracho le envíaba tropecientos whatsapp y le hacía chorrocientas llamadas. mamanatas en su afán por captarlo todo, tan libre como se sentía sin guaje pancartero a su vera, de vez en cuando respondía a algún whatsapp…
– paparracho: oye, por lo ha visto han empezado a cargar
– mamanatas: ah, ¿sí?, pues donde yo estoy no se ve nada raro; he conseguido subirme a una especie de andamio de prensa, tranqui…
5 minutos más tarde y varias llamadas perdidas y whatsapps que decían:
– p: hay la de dios… porrazos, detenidos… mamanatas, dime algo, pordios… mamanataaaaaaaas
mamanatas le escribe diciéndole que estaba bien; y el otro: vete de ahí, anda; y la otra: vaaale, en breve me voy; y él: vete YA, yo ya no te digo nada más, haz lo que quieras, avísame cuando te hayas ido; y ella responde con un simple “ok”.
Y allá que decide ir a coger el metro donde había pasado todo el lío; ya no había movida pero seguía habiendo un poco de tensión, lecheras pa’rriba, lecheras pa’bajo, insultos pa’quí, insultos pa’llá… pero como ya no había chicha que fotografiar y la hora para recoger al guaje estaba apremiando no tuvo más remedio que apagar la cámara y enviarle a paparracho un whatsapp:
– m: ya estoy en el metro
– p: buff, ya respiro tranquilo, pasionaria
Y es que paparracho tiene un punto paternalista que a mí no me gusta… bueno, vale, a veces me gusta pero solo cuando yo quiero; cuando no quiero, no me gusta. ¿Y cuándo no quiero? Ah, pues no lo sé, que se lo curre un poquito, ¿no?
paparracho: mira, temeraria, si pretendes que te siga con esas instrucciones tan detalladas, vas dada. Cada día estoy más convencido de que tengo el cielo absolutamente ganado contigo.
Diferencia 4 – Su cólera por los aires: No sé cómo se las apañan el resto de parejas pero es que nosotros somos desavenenciadores hasta para afrontar los enfados:
- mamanatas: puedo estar horas sin hablar; no soy rencorosa, no las guardo para siguientes ocasiones pero el enfado se me tiene que pasar: a veces se pasa en 1 hora, a veces en 8 horas…
- paparracho: lo hablamos en un minuto y ya está, ¿no? todo ok!
Hombre, pues digo yo, que un término medio no nos vendría mal, ¿verdad?
paparracho: mi versión es que paparracho tiene un corazón extraordinario pero un pronto que le hace saltar a la mínima, a veces más de la cuenta (poquitas veces) y que mamanatas disfruta alargando los enfados, incluso cuando son por tonterías, para castigarme porque sabe que no lo soporto. Si esto no es crueldad, ¡que baje dios y lo vea!
Y hasta aquí nuestras diferencias irreconciliables (confesables). Hay muchas más pero esas no las contamos (por ahora) 😉
Pasado el aŕbol… al fondo a la derecha
Érase una vez un guaje al que su profesora veía preparado para dejar el pañal… ¡¿Cómorrl?! Dijeron sus progenitores a la vez.

Con lo seguros que nos sentimos los papás con San Pañal… vale, nos quejamos de su precio pero ¡que nos quiten lo cagao!
(Atención al bebé desgañitado del fondo que por la gracieta del hermano no le hacen ni puto caso)
En realidad, esta historia comenzó mucho tiempo atrás, cuando el pequeño empezó a hacer pis en el orinal. Por aquella época, estaba muy orgulloso de poder miccionar (¿habrá palabra más fea que esta? yo prefiero decir «mear», no me caracterizo por mi finura…), pues eso, estaba tan orgulloso de no mearse en el pañal que le encantaba bajarse los pantalones en cualquier lugar; ¡qué afición a este exhibicionismo evacuador! Como me despistara un segundo andaba medio parque con los pantalones por los tobillos, pero también lo hacía en el supermercado, en la panadería, en el autobús… Aquí lo cuenta con mucho «detalle» paparracho.
La siguiente fase fue la de sentarlo en el inodoro (otra fea; mejor váter, ¿no?). Y en ese momento la cosa empezó bien, muy bien, demasiado bien… mientras los padres de otras criaturas meadorasbarracagadoras tenían problemas para sentar a sus vástagos en el «trono» (conocemos algún caso en el que lo utilizaba como si fuera una moto pero de lo otro nanaina), el nuestro se podía tirar allí sentado su cuartito de hora, veinte minutos, y de ahí pa’rriba; a mí lo que me extrañaba es que cuando se levantaba caminaba normal!!… ¿cómo era posible que no se le durmieran las piernas? Es lo que tiene la afición lectora-escatológica…
paparracho: a él no se le dormirán las piernas (aunque queda con las marcas del adaptador el pobre), pero a mí sí. ¡Si casi me duermo allí entre el Pollo Pepe y el Ratón Nicolasete! Madre mía, con lo que yo soy, que cuando entro en el WC, por el tiempo que estoy nunca se sabe si fui sólo a mirarme al espejo o a preparar un buen frosting de chocolate como buen trendy-dad que soy.
El otro incoveniente de esta fase era la planificación porque, claro, intentar salir a determinada hora era imposible: ¿cuánto nos iba a llevar el momento allbran? Y el día que decides, junto con paparracho en gabinete de crisis, sentarlo en el váter 20 minutos antes de la hora, ese día el tío finiquita el tema en cero coma y justo cuando estás poniéndote la chaqueta para salir por la puerta: ppprrrrrrr (sonido pedo) y se caga… y encima se caga blando… ole tus…
paparracho: oiga usted, que está mancillando el honor del guaje. [modo PADRAZO = ON] ¡Nunca hizo eso desde que le quitamos el pañal! Pasó alguna vez cuando aún lo llevaba, pero ahora lleva semanas y semanas limpio, que quede claro. No te preocupes, guaje, que está aquí tu padre para defenderte de ésta. [modo PADRAZO = OFF]

¿A quién no le ha pasado esto alguna vez? Nosotros confesamos: alguna vez, pero cuando te das cuenta, coño, repite la foto delante del espejo ¡sin flash!
La etapa actual es la de «Érase una vez». Sin pañal que vamos por la vida como unos insconcientes, kamikazes, temerarios… Para ilustrar nuestra falta de sentido común un botón: a nadie se le ocurre empezar el primer día sin pañal pasando todo el día fuera de casa; a nosotros sí; a nadie se le ocurre que ese día fuera de casa sea en la pradera madrileña en San Isidro; a nosotros sí; a nadie se le ocurre llevarse el orinal para pasar el día entre gallinejas y jóvenes haciendo botellón; vengaaaa, todos juntos, a quién: ¡¡a nosoootros siií!! ole nuestros…
Era para habernos visto: para empezar, teníamos al guaje en calzoncillos, camiseta de tirantes y chaleco de chulapo con clavel… ¿alguien puede superar eso? Cada poco lo poníamos a hacer pis; para no vaciar su contenido al lado de todo el mundo nos dábamos un paseo de unos 200m hasta una zona de matojos y allí lo limpiábamos con unas toallitas «de aquella manera» y vuelta a nuestra zona de acampada; pero llegó el momento orinoco con canoa (a.k.a. pis+caca) y nos enfrentamos a ello como un equipo unido: fuimos los dos a las labores de limpieza, paparracho pudo tirar prácticamente todo el líquido y quedarse con el sólido, mamanatas sujetaba una bolsa en la que paparracho depositó dicho sólido, esa bolsa la tiramos a un contenedor (sí, parecía que habíamos ido con Toby), y a continuación otra vez limpieza «de aquella manera» con las toallitas, en esta ocasión más concienzudamente, aunque fuimos afortunados: el sólido era bastante sólido… A la muchachada de la zona la teníamos alucinada con el orinal paseo pa’rriba paseo pa’bajo.
paparracho: a fe de ser justos y puestos a contar anécdotas, te falta la del otro día. Sí, esa en la que pensaste que ya estaba listo para mear de pie contra un árbol y simplemente le ayudaste a apuntar y listo. Resultado: el niño meado encima por culpa de una madre inexperta en prepucios… a tus casi 40 años!!!
[Voy a hacerme inexperta en tu prepucio, gilipollas; «a tus casi 40 años»… esta no te la perdono.]
Ese día quedará para siempre en nuestra memoria (y en este blog, que hará que el guaje nos tenga cierto resquemor y que la posibilidad de asilo tercermundista para nosotros aumente más que la prima de riesgo).

Padres del mundo: si la profe dice que están preparados y si queréis a vuestros hijos, animarsen a quitar el pañal… no vaya a ser que se lo quiten ellos mismos.
Y bueno, la verdad es que a día de hoy tenemos que agradecer a esta profesora la confianza que ha demostrado tener en el guaje. Por ahora lo lleva estupendamente, pocas veces se le ha escapado, empieza a pedirlo, le hemos espaciado el tiempo de sentarlo y creemos que ya ha concluido exitosamente la operación pañal. Eso sí, esperemos no estar pecando un poco de «sobraos» y que llegue el día en que nos la monte a lo grande y bien gorda: no sé, se me ocurre, por ejemplo, que se te cague en el metro… siento pánico solo de pensarlo, OMG!!