Confesiones. Mamanatas: «soy fan de supernanny»
Me declaro fan de supernanny. Sí, así soy yo. Una valiente. O una cobarde, porque paso más miedo viendo a la encantadora de perr… quiero decir, de niños que con un capítulo de American Horror Story.
Independientemente del reality show, a mí me parece que la tía tiene una templanza, un zen, que ya lo quisiera yo. Que aquí no se trata de si estás más de acuerdo con los experimentos de Pavlov que con los mundos de Yupi. Se trata de pequeños monstruos que tienen toda la pinta de convertirse en un Chungo Hermano Mayor de esos. Y qué quieren que les diga: yo saco bastantes ideas buenas. El guaje nos ha salido cabezón. Y no me refiero a lo físico, que también un poquito, como el padre.
paparracho: ¿será posible que tengas que aprovechar la mínima ocasión, hablando de cualquier tema, para meterte conmigo? Falacias a un lado; mi casco de moto lo dice claramente: «Talla S», así que ¡a callar, cabezapájaro!
El guaje entra por una pared de hormigón armado, aunque, en general y afortunadamente, suele obedecer. Pero hay momentos muy difíciles en esto de la maternidad. Qué felices (más bien infelices) pueden ser las familias que nos presenta supernanny…

Buscando imágenes de niños con cara de bicho, me encuentro con esto. Hay que tenerlos cuadrados para disfrazar así a tu niño pelirrojo!
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Si te enteras de que, a raiz del éxito televisivo, esta psicóloga cobra un pastón por acudir a charlas de crianza… hombre, pues parece de un oportunismo tremendo e incluso frívolo.
paparracho: mujer. Se dedica a eso. No creo que Carlos González, Eduardo Estivill o Laura Gutman cobren menos que ella, aunque no tengo ni idea. Ya sabes lo que pienso de los «gurús» de la crianza en general… algún día expulsaré aquí toda mi bilis.
Tampoco todo lo que veo en el programa me gusta, hay algunas cosas que me incomodan pero pocas. El otro día, en uno de los casos, un niño se levantó durante la cena para ir al baño y la consecuencia fue que su momento de cena se terminó. Vamos a ver, yo, como persona bastante cabal, quise pensar que el niño tendría la manía de levantarse siempre durante la cena, y que además se le avisa siempre de que tiene que ir al servicio antes de las comidas y él no lo hace. Y que encima, en esta situación que quiere ir al baño, se ve que puede aguantar perfectamente las ganas, que no está “apurado”. Pues en el programa no se ve en ningún momento nada de esto, ni hacen alusión a ello. Feo, bastante feo. Sin embargo, como decía, se pueden coger ideas y acomodarlas a nuestros propios puntos de vista.
Que tampoco digo que el conductismo “a saco” sea la solución. Pero hay padres más equilibrados, más blandos, más dictatoriales, más pasotas, más perdidos que otros. Y niños que son más llevaderos, más ñoños, más tiranos, más panchos, más perdidos que otros. Y nadie tiene la fórmula exacta, menos mal, menudo aburrimiento si no.
Volviendo a las ideas buenas que podemos sacar viendo este reality y que nosotros intentamos aplicar es el resaltar todo lo bueno que hace el guaje y lo negativo decírselo una o dos veces sin recordárselo otra vez cuando empieza a comportarse bien; quién no ha escuchado o dicho en alguna ocasión: “ves, ahora sí, ahora estás portándote bien, no como antes, que estabas siendo malo, armando un ruido tremendo y molestando a la gente»… ¡NOOOOO, PAPÁS, ESO NO SE HACE, CACA! La verdad es que si nos paramos a pensar un poco, en general, nos cuesta demasiado destacar las cosas buenas de la gente e incluso halagar, coño, que nos gusta más el critiqueo que a a Jorgejavier.
paparracho: ¿Critiqueo? No lo dirás por mí, ¿no? Yo solo critico lo imprescindible: lo excesivo, lo hortera, lo insorporable, los estilismos aberrantes… vamos, que el 15J aquel me puse las botas, pero normalmente no. Soy muy tibio yo con estas cosas, ya lo sabe todo el mundo… 😛
La sensación final que me queda con los programas de supernanny es compasión porque lo que me imagino, cuando la señorita Popinsmeyer deja a las familias continuar con sus vidas, es a los niños dando palmas con las orejas y diciendo: «menos mal que la bruja esta se pira ya«. Y esos padres sufridores del undostrés sufriendo, valga la redundancia, en silencio para el resto de sus vidas, y que piensen que lo peor que pueda hacer su vástago es participar en Gandía Shore.

Pese al entusiasmo de Rita y Paco al conseguir el programa para Valencia, os advierto: su visionado puede herir la sensibilidad de gente más o menos normal. Especialmente contraindicados a aquellos que decían que Gran Hermano no representaba a la juventud española.