Archive | abril 2012

¡Los guapos también tenemos derechos!

Vale, los que me conocéis personalmente opinaréis, con razón, que estoy tensando mucho la cuerda para hablar en primera persona del plural, pero aunque me haya venido a menos notablemente (ya sabéis que de vez en cuando me sale la papada, vamos, que prácticamente forma parte indisoluble de mi ser), no puedo evitar solidarizarme con ellos. Sobre todo, porque el guaje lleva el camino de convertirse en un engatusador empedernido de damiselas y he de ponerme en su lugar, ¡cuidando por su futuro en igualdad de condiciones!

Esta entrada surge por unas declaraciones para Vanity Fair que hace unas semanas hizo la periodista prejubilada Rosa María Calaf. Uno de los rostros más reconocibles de Televisión Española ya que se encargó de distintas corresponsalías en el extranjero durante décadas. Como no soy del gremio no tengo grandes argumentos para opinar de sus cualidades como periodista, pero su trayectoria ha sido reconocida en múltiples ocasiones desde diversos frentes, lo que la avala como una gran profesional. En cualquier caso, me he visto obligado a opinar de sus palabras en la entrevista que realizó para la mencionada publicación, de la que entrecomillo algunas frases literales:

«El periodismo actual está al servicio exclusivo del negocio que se ha llevado por delante la ética y su valor como servicio público«. Oye, Rosa, chapeau, ya era hora de que alguien dijera verdades como esta.

«El periodismo actual es absolutamente mercenario, sectario, al servicio de unos intereses económicos que serán todo lo legales que queramos, pero que son muy poco legítimos«. No puedo estar más de acuerdo, Rosa, qué me vas a contar…

«Yo el periodismo lo veo cada vez peor, alineado al pensamiento único, y creo que realmente no se está pensando en el interés público«. Yo también lo veo así, hija mía… ¡qué época nos ha tocado vivir!

«Sara Carbonero frivoliza la imagen de la mujer y contribuye a que la apariencia sea más importante que el contenido«. «Ella no tendrá esa intención, seguramente, y yo no tengo nada en contra de ella, pero creo que para eso es mejor dedicarse al espectáculo, o a hacer mamarrachadas en la tele, que a la información«.   ¿CÓMORRRRLLL? (permítaseme el chiquitistanismo, que soy #muyfan). Esto me ha llegado al alma, sobre todo porque esta opinión sobre Sara Carbonero ha sido el titular que han recogido todos y cada uno de los medios de comunicación y porque he visto a unas cuantas tuiteras hacerse eco reverencial de las palabras de Rosa María Calaf.

La Carbonero contra la Calaf. Duelo de gatas. Bueno, duelo no porque hasta donde sé, Sara no ha repondido a la provocación. ¡Minipunto para la chica Pantene!

Y yo me pregunto, ¿es tan mala Sara Carbonero? ¿Si no fuera guapa se hubieran hecho las mismas declaraciones? Me adelanto a algunos argumentos que contraatacarán con el «si no fuera guapa, ¿hubiera conseguido el trabajo?«: Pues probablemente no, tampoco vamos a cerrar los ojos a una realidad, pero si fuerais los dueños de una cadena de televisión y recibierais muchos candidatos para un puesto a cubrir, dentro de los que cumplan con unos mínimos exigibles, ¿no os quedaríais con los más guapos?

Y tiene cojones que hable Doña Rosa María de la frivolidad de la imagen y de cómo se da importancia al continente cuando ella misma ha dicho que fue la primera mujer en salir en minifalda por televisión (como acto reivindicativo, aclara) y cuando su rasgo más distintivo es el mechón plateado que la señora luce y que no es natural, como tampoco lo es su color de pelo tirando a fucsia (ya cometo un exceso mencionando un color que a los hombres nos cuesta distinguir; por favor, no me apaleen si el tono es otro). ¡Ese mechón es una idea que el pobre Llongueras pensó para ella y que la ha hecho reconocible a lo largo de la historia!

Este debate lo he tenido con mamanatas en varias ocasiones y se pone en posición cerril femenina como la mayoría de las que escucho por ahí, que si está ahí por guapa, que si es una vergüenza… ¡¡¡pero si cae de cajón!!! La televisión es un medio de comunicación audioVISUAL cuyos programas tienen el extraño objetivo de ser vistos por la mayor cantidad de gente posible. Vamos a ver, mujeres ofendidas del mundo, ¿no preferiríais que el presentador de Saber y Ganar fuera George Clooney en lugar del inmortal Jordi Hurtado?

Jordi Hurtado, el entrañable Dorian Gray cañí y un admirable profesional, pero... si en el casting hubieran optado por Mr. Clooney, ¿no sería este país más culto, al menos las mujeres?

Yo me solidarizo con Sara Carbonero porque la vida del guapo es muy complicada. Es verdad que normalmente se tienen los caminos más allanados. Ser guapo te abre más fácilmente algunas puertas, pero se tienen que pasar la vida justificando que no están ahí solo por guapos, que están tan cualificados como otros. Menuda cruz que arrastran los pobres. Vean, ¡vean cómo sufre de las envidias ajenas este pobre y humilde deportista!

Así que, por favor, den una oportunidad a los guapos… está muy feo criticar a alguien al que, en tus años de locura y desenfreno te hubieras querido tirar, ¡seamos serios! Además, lo de la belleza de la Carbonero es hasta cuestionable (conozco un montón de congéneres míos a los que le resulta demasiado exótica, raruna, y yo también lo veo así). Pero lo que es indiscutible es que ha generado uno de los momentos más sorprendentes y emotivos de la historia de la televisión española, qué digo española… ¡MUNDIAL! Campeones del mundo de fútbol por primera vez en la historia y al día siguiente no se hablaba más que de este instante tan potito.

Por diossss, cómo no va a encontrar trabajo esta mujer que emocionó a media España. ¡Contrato vitalicio ya!

Lo siento, Rosa María, pero en tus palabras no puedo encontrar otra cosa que resentimiento y Sara Carbonero no es la culpable de que RTVE te prejubilara después de 37 años de profesión y que ahora estés de tertuliana en un programilla de variedades en un canal de TDT minoritario en el que se reza el Angelus cada día y en el que compartes charlas con compañeras como Lara Dibildos, que no está ahí por guapa (desde luego), pero tampoco por periodista.

Hubieras ganado muchos puntos si además de criticar lo pésimamente mal que está el periodismo actual (lo cual hiciste brillantemente) hubieras lanzado tus afilados dardos a los verdaderos culpables de esa situación y no a una compañera que jamás te ha mencionado. Sintiéndolo mucho, la que ha hecho el mamarracho esta vez has sido tú.

Pd. Dicho esto, Sara Carbonero no terminó sus estudios de periodismo, así que me parece una vergüenza que esté trabajando donde está (con la cantidad de periodistas guapas que habrá por España ;)) pero de eso tampoco tiene culpa la chica.

mamanatas: Ahora me toca a mí: 1) Lo que paparracho oculta utilizando una buena argumentación, es que él pretende que siempre cojan a los guapos para ese medio audioVISUAL que él menciona… y los feos pa’ la radio, ¡ole tus cojones!

2) No vale poner al Clooney, que es mi puntito flaco en esto de la guapura, ¡y paparrachomanipulador lo sabe!

3) Me daría miedo una tele solo de guapos tipo Brad Pitt, qué es esto, ¿»Un mundo feliz»?

4) A ti te duele la cara (de ser tan guapo) y a mí me duele la cabeza: ¡te jodes!

¡Viva la Semana Santa madrileña!

Nos encanta la Semana Santa. Hay que decirlo así, alto y claro.

No, no nos hemos vuelto locos. Ya sabemos que paparracho se identificó públicamente como ateo y que mamanatas no le va a la zaga como pagana, pero la Semana Santa de Madrid es única. Y sí, sabemos que las que tienen fama son la de Sevilla, Málaga, Granada, Zamora… pero ha llegado el momento de rendirle homenaje a esa gran desconocida que es la Semana Santa capitalina.

Llevamos 10 años viviendo aquí y solo nos la hemos perdido dos: una porque teníamos muchos días de vacaciones y un bebé con un puñado de meses del que querían disfrutar sus abuelos a 500 km y otra porque no sabíamos lo que nos perdíamos aquí… ¡UNA CIUDAD HABITABLE! En la Semana Santa madrileña quedamos literalmente cuatro entre gatos e inmigrantes como nosotros, y de esos cuatro, tres se apretujan desesperadamente en el Madrid de los Austrias para intentar ver las procesiones (procesiones que, por otra parte, están bastante lejanas de las de las ciudades anteriormente nombradas), con lo que la ciudad está fresca, lozana, primaveral y solitaria. ¿Qué más se puede pedir?

Los protestantes son muy cachondos con el tema religioso... esto se lo tomaron a coña. ¿Os lo imagináis en nuestra querida España?

Hemos aprovechado mucho en estos días… siempre dentro de la tranquilidad. Como sabéis, nos ha caído en suerte un niño marmota, que solo se despertó antes de las 11 un día (a las 10:45), con lo que hemos desperdiciado la mayoría de las mañanas, pero hete aquí la magia de la Semana Santa, que después de comer aún sobra tiempo para hacer infinidad de cosas: exposiciones, parques, actividades callejeras… casi todo está a tomar por el culo, ¡¡¡pero es que puedes ir en coche a todas partes y aparcar en la puerta!!! Vamos a destacar en esta entrada algunas de las actividades que hemos podido hacer en estos días:

Exposición de Lewis Hine y Odilon Redon

Lugar: Fundación Mapfre (Recoletos). Hora: 4 de la tarde. Aparcamiento: al doblar la esquina. Aparcamiento fuera de Semana Santa: ni lo intentes.

¿Por qué a esta hora? porque la siesta es un gran invento. Nosotros hace mucho que no disfrutamos de ella, pero hay que reconocer que a los niños de 2 años las exposiciones les resultan tremendamente aburridas y, si no están dormidos, es casi imposible pasearse con ellos. En las laberínticas plantas de la Fundación Mapfre hay dos exposiciones:

  • Una fotográfica de Lewis Hine, un fotógrafo americano del primer cuarto del siglo XX que centró su trabajo en la explotación infantil, los inmigrantes y las clases más desfavorecidas, así como en la clase trabajadora en general. Lógicamente, murió arruinado.
  • Otra  de pintura de Odilon Redon, francés postimpresionista, simbolista, precursor del surrealismo… un gran desconocido en nuestro país y cuyos trabajos nos dejaron bastante impresionados, especialmente en su etapa más onírica.

Una de las fotos más conocidas de Hine y, ya que acaba de ser Semana Santa, el Cristo de Odilon Redon.

En resumen, muy variado e interesante. La visita bien merece la pena aunque, OJO, ¡acaba a finales de este mes!


Exposición de Gervasio Sánchez

Lugar: La Tabacalera de Lavapiés (Embajadores). Hora: 4 de la tarde (¿cuál si no?). Aparcamiento: junto a la glorieta de embajadores. Aparcamiento fuera de Semana Santa: ¿Méndez Álvaro?

Este fue el verdadero descubrimiento de la Semana Santa. Una de las mejores exposiciones de fotografía que hayamos visto (y hemos visto muchas). La antigua Tabacalera es una antigua fábrica abandonada que han habilitado como centro cultural, dependiente del Ministerio de Cultura. Al menos parte del edificio es un CSA (Centro Social Autogestionado) con multitud de actividades, que no tuvimos tiempo a visitar pero que hemos anotado convenientemente en la agenda. En otra dependencia está la exposición que ha montado el Ministerio.

Gervasio Sánchez fue premio nacional de fotografía en 2009 y solo podemos decir que es tardío. Es un auténtico monstruo del fotoperiodismo y un tío que se viste por los pies. Cuando le dieron el premio Ortega y Gasset en 2008, en su discurso criticó al Gobierno de España por ir de pacifistas por el mundo y ser uno de los principales exportadores de armas. Y es que este hombre ha fotografiado magistralmente todo tipo de conflictos bélicos y dramas sociales del mundo: las guerras  de Centroamérica de los 80, los conflictos balcánicos en los 90, los genocidios producidos en África y los niños soldado, los desastres humanos causados por las minas antipersona y el drama de los desaparecidos por todo el mundo. Obviamente, también los que tenemos en nuestro país.

Una exposición sobrecogedora que hace tambalear tu confianza en el genero humano y en la que, por momentos, es difícil contener las lágrimas. Hay algunas proyecciones audiovisuales magníficamente realizadas y el edificio no puede ser más apropiado para la exposición. Realmente parece que acaba de ser bombardeado y contribuye al efecto de desasosiego del trabajo de Gervasio Sánchez.

Imposible elegir una única fotografía de este auténtico fenómeno. Nos quedamos con esta por evitar las imágenes más duras, aunque la mirada de desconcierto y temor de estos niños kosovares ya da bastante miedo.

Todavía está abierto hasta junio, así que amigos de Madrid y alrededores, ¡NI LO DUDÉIS!

Parque Madrid Río

Como el guaje se despertó de la siesta a eso de las 5 y media y como era Semana Santa, aún había tiempo de sobra para hacer infinidad de cosas, así que nos tomamos un café en Lavapiés y después cogimos nuestro coche para ir a Madrid Río.

Tiempo de trayecto: más o menos 5 minutos.  Lugar de aparcamiento: en la boca del puente principal de acceso. ¡Mejorad eso!

Madrid Río es la urbanización en forma de gigantesco parque del techo con el que se soterró la M30. Un faraónico proyecto con el que Madrid ha contraído una deuda gigantesca que pagaremos el resto de nuestra vida y la de nuestros hijos (Madrid suma más deuda que el resto de los ayuntamientos de España juntos) pero cuyos resultados para los ciudadanos han sido fantásticos. Es decir, nos hemos arruinado de por vida para esto, ¡así que lo mínimo es sacarle partido!

Solo parte del parque está abierto al público de momento, pero ya es lo suficientemente enorme para poder disfrutarlo. Hay grandes explanadas, infinidad de fuentes con efecto hipnótico infantil, sendas para paseos en bici, surtidores de agua para que los niños se bañen en verano y varias zonas infantiles entre las que destacan un conjunto de toboganes, rampas, escaleras, etc, con forma de barco que harán las delicias de todos los niños y unos cuantos macro-toboganes de aluminio enormes por los que bajan niños y no tan niños. Paparracho los usó con el guaje ¡y no pudieron pasarlo mejor!

Mamanatas haciendo reportaje fotográfico al guaje junto a fuente hipnotiza-peques, los divertidísimos toboganes con el icónico puente de Perrault al fondo y el barco... ¡la locura infantil se desata!

Conclusión: uno de los mejores lugares de Madrid para ir con niños ahora que empieza el calorín.

Exposición 300 años de la BNE

Hora: 12 de la mañana. Lugar de aparcamiento: al cruzar la calle. Lugar de aparcamiento si no es Semana Santa: Are you talkin’ to me?

La Biblioteca Nacional y nosotros tenemos un conflicto tácito desde hace años. Hemos intentado ir varias veces y siempre ha sido imposible. Si no era un cierre por reformas era por un accidente doméstico o cualquier otra cosa inesperada. Tal es así que hacía ya mucho tiempo que ni nos acordábamos de este «must do» hasta que nos lo recordó nuestra amiga madre del gremlin.

En la Biblioteca Nacional hay un museo permanente, exposiciones temporales y visitas guiadas por zonas reservadas a investigadores (sala de lectura, almacenes de libros, etc). Es gratuíto y puede hacerse poco a poco, por lo que decidimos empezar por la exposición conmemorativa de los 300 años de la biblioteca. Creemos que la exposicion estaba muy bien, pero no podemos asegurarlo porque esta vez no era la hora de la siesta. El guaje decidió que la silla no era lo que él quería sino que le apetecía más caminar agarrado a ella. No, espera, que lo que quería era subirse a un banco… ¡no! era que lo llevaras en brazos… ¿cómo que en brazos? suéltame, papá, que quiero correr por aquí… mira, una niña, voy a bailar delante de ella que me vea… Un infierno, porque cada vez que cambiaba de opinión era medio minuto de gritos o lloros desconsolados que alentaban miradas desafiantes deesasquetehacensentirmal (desconsuelo que mutaba en descojone en apenas segundos, vamos, lo que viene siendo cuenterete). Bien nos hubiera venido un tablet de esos modennos para ponerle un par de capítulos del Bob Esponja o unos jueguecillos del Club Penguin para tenerlo entretenido, pero como no había recursos, nos limitamos a hacer malabarismos para ver muchos incunables, mapas históricos, manuscritos originales de varios compositores españoles, poemas, cartas y borradores de algunos de los más grandes escritores en lengua castellana… una exposición verdaderamente recomendable que tendremos que repetir un día a la hora de la siesta.

Tras esta semana intensiva en exposiciones, el guaje se nos ha hecho un cultureta de postín. Ahora ya no pide el tren ni a los Epi y Blas con el traje del Sporting cuando se sube al coche, sino que quiere los folletos de Hine y la BNE… y ¡ay de ti como no se los des! Escuchad, mano de santo. Se pasa el rato en el coche ojeándolos como si no hubiera un mañana. Yo creo que cada vez que se nos para un motorista al lado y lo ve por la ventanilla, alucina.

Y vamos a cortar ya, porque con estos posts vamos a perder lectores por inanición. ¡Bienaventurados los que habéis llegado hasta aquí porque os habéis ganado nuestra eterna admiración! ¡¡¡Qué tochazo de entrada!!!

¡Manos arriba, esto es un atraco!

El otro día fuimos a la manifestación del 29 de marzo con el guaje. Parece ser que hay personas que a esto lo llaman adoctrinamiento o algo similar. Es evidente que este no es un blog sobre política. Y es evidente, al menos para mí, que mi asistencia a dicha manifestación con el guaje no es para adoctrinarlo. ¿Por qué voy a algo así con un mico de casi 2 años? Primero porque no tengo a quien “encasquetarlo” así que se viene conmigo; hablo de “encasquetarlo” porque la realidad es que es un coñazo para él estar sentado en la silla cuando quiere jugar, correr, saltar… pero no me queda otra si quiero luchar no solo por mí sino por su futuro. Y segundo porque no puedo (ni quiero) separar lo que soy como mamá de lo que soy como persona que tiene unos pensamientos, unas convicciones y unos ideales. Nos gustaría educarlo como un ser pensante con sus propias opiniones y decisiones, y no vemos la necesidad de tenerlo dentro de una burbuja que nos haga ser totalmente asépticos con nuestras ideas. Lo contrario me parece insano.

paparracho: ¡esa es mi mamanatas! Cómo no la voy a querer…

¿Por qué todo este rollo? Pues porque volviendo de dicha manifestación, cuando nos estábamos metiendo en la boca del metro bajando las escaleras no mecánicas, mi cuñada+carrito ayudada por un amigo, y yo+silla ayudada por nadie, escucho a alguien que dice en voz bien alta en un tono desagradable y repitiendo varias veces lo mismo, que por qué hacíamos a los niños hacer payasadas (ahora me doy cuenta de que realmente quería que lo escuchara). Yo no pensaba ni de coña que fuera conmigo el tema pero tanto reincidía en el asunto que miré por curiosidad al niño “payaso”. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que era el mío. Miro al bocachancla que mira a mi niño payaso, el cual lleva en la mano un cartel que por un lado ponía “No a los recortes” y por el otro “Sin pan ni paz”. Tras unos segundos intentado asimilar la situación, me salta el chip (ya me vais conociendo, pequeña pero matona) y le digo cuatro cosas al tontolculo: que es un maleducado, que no nos falte al respeto, y que “payaso eres tú bastante”. ¿Me arrepiento? Sí, porque esto no es lo que quiero que el guaje vea de mí. Solo por eso.

paparracho: si es que terminas un día metiéndote en un lío. Macarra! Bocachancla, dice…

Hete aquí la pancarta... una payasada, vamos. Nada que reclamar en los tiempos que corren, parece ser.

Y todo este diálogo mientras bajaba sola la escaleras… mujeres multitarea.

Cuando termino de bajar y me junto con mi cuñada y mi amigo, se lo cuento, y allá que se va la cuñada, que los tiene cuadrados (otra pequeñita), a decirle también cuatro cosas. Argumentos del bocachancla: “esto es una huelga política, hay que trabajar más, esto se arregla trabajando…”. Que te dan ganas de decirle: ¿qué me estás llamando, bocachancla-que-te-estás-bebiendo-una-lata-de-cerveza-en-la-calle-con-tus-amigotes-de-cuarenta-y-muchos-como-si-tuvieras-15-años?

Pensándolo a posteriori, porque estas cosas siempre se te ocurren a posteriori, tenía que haberle dicho con mucha tranquilidad e indiferencia, que, por favor, se guardara su opinión que nadie se la había pedido, y que en vez de juzgar lo mejor que hacía era ayudarme a bajar las escaleras con la silla del niño pancartero. Hubiera quedado como una señora y él se hubiera quedado planchado. O no, porque a lo mejor me responde que no ayuda a “vagos y maleantes”. Yo qué sé.

¿Tengo que explicarle yo a este gilipollas que el cartel se lo dio una señora al guaje porque le hizo gracia y que el niño estuvo entretenido un buen rato con él intentando pegar cartelazos a todos los de alrededor? ¿Tengo que explicarle yo a este idiota que no soy una perroflauta que anda tirada por las calles ni una violenta que “provoca” a los policías para que me tiren pelotas de goma, que solo soy una madre normal que quiere lo mejor para su hijo? ¿Tan grave es, realmente, que me manifieste pacíficamente por algo en lo que creo con mi hijo en brazos? ¡Anda y que te den dos duros! Que no te veas nunca indefenso en tus derechos como persona y como trabajador porque a lo mejor cuando quieras protestar de verdad ya no puedes.

Esta era la pancarta buena. !Qué pena no haber comprado El Jueves esa semana!

Ahora parece que está muy de moda en los medios, mencionar que en Alemania está prohibida la huelga política (esto es, hacer una huelga contra una ley o cualquier otro proyecto del ejecutivo). Si ya pretenden quitarnos esto, a qué punto vamos a tener que llegar para que se nos escuche a los ciudadanos. Qué mejor manera de expresar nuestra opinión que pacíficamente. Como siempre, los ejemplos y las comparaciones con otros países europeos son sobre aspectos negativos, pérdidas de derechos, etc. Con las cosas buenas que tienen ellos, que son muchas, nunca hay nada que comparar.

Habrá gente que nos lea que esté completamente en desacuerdo con lo que he escrito. Me encantaría conocer vuestra opinión pero, por favor, educación ante todo. Y que conste, que aquí no estoy hablando de simpatizar con las razones de esta huelga/manifestación ni con tal o cual partido/ideología; estoy hablando de poder expresarnos libremente, de poder explicar a  tus hijos tu visión de la vida sin que te tachen de roja comunista adoctrinadora, de inculcar al guaje una solidaridad global, de inspirarle en su lucha reivindicativa y no conformista, ¿a alguien realmente le parece mal todo esto?

Para terminar diré que la “canción” que más le gustó fue la de ¡Manos arriba, esto es un atraco! Y, por favor, que nadie se piense cosas raras, es un niño de casi 2 años al que le encantan las canciones con algo de mímica, así que, en brazos de su mamá mientras esta bailaba y cantaba y él con sus manitas hacia arriba, lo pasó pipa. Simplemente eso. Ya tendrá tiempo a formarse sus propias opiniones y su ideología, eso sí, con las situaciones y las circunstancias que le rodean.