Archive | enero 2012

Mamá, ¡quiero ser artista!

A veces me doy miedo cuando analizo los avances del guaje en plan simio-evolutivo: “anda, mira cómo va entendiendo su papel en la comunidad y, oye, mira cómo empieza a utilizar herramientas* para conseguir sus objetivos (malvados, claro)”.

*Ejemplo del uso de herramientas: es capaz de acercar algunos de sus juguetes a los muebles del salón para subirse a ellos y tener a mano la tele de plasma, el dvd, la cadena… y así botonear todo lo que pueda y más. Vamos, todo lo que nos pone nerviosos como consumidores en este mundo capitalista.Y encima el juguete-herramienta-escalera siempre es de lo más estable: el tren parlanchín, el volante sonoro, el teléfono con ruedas… Vamos, todo lo que nos pone nerviosos como padres protectores en este mundo malo.

Reflexión 1: todos estos pensamientos del aprendizaje ¿vendrán por leer tanta National Geographic? ¿o simplemente es que de vez en cuando se me va la pinza? (o las dos cosas, que todo puede ser).

Reflexión 2: a este paso ya me imagino al guaje en el Retiro sobre 4 cilindros y manejando 3 diábolos mientras cuenta chistes con acento argentino, ¡todo a la vez! ¡Y a mí se me caerá la baba cual pantoja con paquirrín!

Bueno, un poco nerviosa sí me pondría. ¡Algunos malabares son arriesgados!

Chist! one moment! Una cosa es que yo tenga cierto espíritu perroflauta (limpia, eso sí) y otra es que babee ante las actuaciones funambulistas callejeras del guaje… hombre, por favor, ¡los abuelos me matan!

paparracho: es verdad que eres bastante limpia 🙂 y con un estilo no demasiado perrofláutico, pero el espíritu… si de mayor se te hace okupa seguro que hasta vas allí a hacerles las trenzas a él y a sus comprometidos amigos.

Lo de «bastante limpia» y la sonrisita me mató…

Con lo pequeño que es, además de estos pinitos funambulistas tiene otros aspectos artísticos a explotar para ganarse la vida, a saber:

  • de faquir: desde tratar de masticar las piedrecitas del parque, a chupar la suela de los zapatos, hasta comer la tierra de las plantas
  • de hombre invisible (y silencioso): si está haciendo alguna maldad de las suyas tendrá esta condición en modo ON
  • de mayumaná: se rodea de todos los cubos donde guardo sus juguetes, más sus platos hondos y llanos, y, como baquetas, tenedores, colador, lápices, alguna vez lo ha intentado con cuchillos pero afortunadamente estuve más rápida que él…

No es el hombre invisible, pero sí un maestro del camuflaje. Casi tanto como el guaje...

Por último, he detectado que tiene otras dos “capacidades” que le valdrán en el futuro si con las anteriores no consigue pelas para vivir:

  • de ladrón: no hay seguro infantil que se le resista (de ahí el intento de baqueta-cuchillo), ni esquinera que no sea capaz de quitar, incluso con la mirada (“Este niño nos retira”)
  • de pobre de pedir: si ve a alguien por la calle, que, por supuesto, no conoce de nada, con una barra de pan o un bollo o similares allá que va él: “pah pah pah”, que parece que lo tengo con más hambre que Carpanta.
paparracho: Si fueras tú la que cocinase, igual sí que pasaba hambre el pobre… ¡menos mal que tiene a su papá!

Es indudable que tiene madera para el espectáculo (ya me estoy pantojizando, ¿veis?). A cualquier sitio donde vayamos que esté alguien actuando y tenga boquiabiertos a los niños, a él en lugar de estupefacción le vienen ganas de sumarse a la fiesta. Este fin de semana, sin ir más lejos, fuimos con los amigos desaforados a un concierto acústico para niños de Ally Kerr y The Starlets en Malasaña (geniales los conciertos que organiza Glück) y tras dos minutos de desorientación mientras aquello empezaba, el guaje se puso de pie, le quitó un juego de baquetas al batería y no las soltó hasta el final del concierto el jodío. El cantante ya lo presentaba como «nuestro batería» y el verdadero batería terminó poniéndolo en su regazo y tocando con él. ¡Genio y figura!

Así que estoy temiendo el momento de la frase: mamá, ¡quiero ser artista! Y le miraré pensando en el método Stanislavski… you talkin’ to me? Well, I’m the only one here. Who the fuck do you think you’re talking to?… Y de mis ojos saldrá una lagrimilla de orgullo… o de terror. Su evolución ¿irá por el lado del Retiro o por el lado del Actor’s Studio?

paparracho en la guarder… perdón, en la Escuela Infantil

Hace una semana tuvimos la reunión general de padres de este trimestre en la escuela infantil (aunque les fastidie un poco, en adelante, la guardería, que hay que economizar el lenguaje). ¿He dicho reunión de padres? Sería mejor decir «reunión de padre«, porque la primera fue en la frente: La convocatoria decía que podía asistir un progenitor por niño y que los niños debían estar ausentes.

Lo de que los niños no estuvieran puede entenderse, no solo porque estén en una edad en la que sean difíciles de controlar sino también porque ahora lo pillan todo y claro, si nos van a decir cosas que hacen mal y cómo corregirlas… si están al tanto podrían sabotear nuestros planes. La guardería nos ofrecía una ayuda: un servicio de guardería (valga la redundancia) durante el tiempo que durase la reunión por un módico precio de 3 euros. Y digo yo, teniendo en cuenta lo que pagamos al mes, ¿no podían haberlo hecho gratis? Estamos muy contentos con nuestra guardería pública, pero desde luego, de relaciones con el usuario andan justitos.

mamanatas: Teníamos que haber usado el servicio y pagar los 3 euros con moneditas de un céntimo… ¡pa’ cutres, nosotros!

Lo de que solo pudiera asistir un padre nos pareció lamentable. Es una decisión que va en contra de lo que se pretende, que es que ambos progenitores se involucren en la educación del niño, pero es que además, es una medida discriminatoria contra los padres. Contra los padres varones, quiero precisar.

Y me diréis: NO. EN NINGÚN SITIO SE DICE QUE SEA EL PADRE EL QUE NO PUEDA IR. Ya, sí , claro. No todas las madres son santas como mamanatas, que me ofreció turnarnos ya que ella había ido a la anterior (yo no pude). Muchas otras dirán: «mejor que vaya yo, que luego nunca te acuerdas de las cosas» o «paso más tiempo con el niño normalmente así que aprovecha tú a estar con él mientras yo voy a esto» o «cómo te pierdas algo, te vas a enterar». La prueba es que había el doble de madres que de padres en la reunión, así que me reafirmo: ¡discriminación indirecta!

mamanatas: [Dejémoslo. Está meando fuera del tiesto pero él sigue empeñado en ver discriminación contra los padres con p de padre… Habrá discriminación en la sociedad en general y por eso había mayoría de féminas pero respecto a la guarde, en este caso, no la veo…]

Mamanatas ejerciendo corporativismo femenino; no esperaba menos. Yo, por mi parte y para evitar reclamaciones, allí me fui presto y dispuesto con un bloc de notas para dejar constancia de todo. Mamanatas se reía de mí en plan «padre novato» pero no fui el único. Había otro santo varón tomando notas, quizás con los mismos temores que yo. Las madres, mucho más «listas», ¡todas de memoria, oigan! (habrá que ver de lo que se acuerdan después, jejeje).

mamanatas: Bloc de notas: eufemismo de libretita de Mickey Mouse. Sin que yo se lo pidiera ni le exigiera nada. Yo no daba crédito…

En lo que sí fuimos todos iguales fue en lo de sentarse en las sillitas de los niños. Uno de los mayores ridículos de mi vida, casi tan grande como el dolor de rodillas que tenía al final de la reunión, el temor de que se rompiera por no poder aguantar mi peso y lo lamentable de mi agilidad para volver a ponerme de pie.

Sienta 85 kilos de treintañero avanzado y oxidado en una de estas sillas, y vive para contarlo

Básicamente, en la reunión comentaron esto:

  • Ha habido mucho avance en las rutinas este trimestre: participan mucho en la asamblea (lo que daría yo por estar presente en una, me los imagino ahí sentaditos en plan 15M), aguantan un montón sentados escuchando a otros (¿asamblearios de 20 meses?), delegan en un niño para que coloque las fotos de los que están y los que no están (!!!!), están comenzando a usar el orinal y ellos se encargan de coger su pañal limpio antes del cambio, tirar el sucio después, quitarse y colocar los zapatos así como recoger los juguetes después de usarlos. Definitivamente, el guaje nos está tomando el pelo en casa.
  • Han insistido en la importancia de fijar límites y normas. Nosotros consideramos que intentamos tener unas normas y una disciplina en casa, pero nos entregaron un manual de consejos que me río yo de supernanny. Definitivamente, como conductistas somos unos principiantes!
  • Ya saben hacer el trenecito. Parece ser que es salir y entrar en clase cogidinos de la mano. Qué ricos…  🙂

Esto es una asamblea de guardería. Son el futuro!

También nos explicaron que tenían Proyectos: aquí sí que aluciné. Tienen varios, algunos de todo el año, otros trimestrales y otros puntuales. En el que estaban en estos momentos era «el color rojo». Nos explicaron que durante el primer trimestre habían abordado los colores de una manera general y ahora iban a ir profundizando uno a uno. Cosas de pegagogos, supongo. Eso sí, según oía cosas como tocar, pintarrajear, enguarrarse de formas inimaginables… más ganas me daban de ir a la guarde, ya fuera como educador si valiera para ello o como alumno. Lo tienen que pasar teta.

Lo último en lo que entraron fue en las normas del centro. Aquí había llegado la directora de la guardería, lo que me causó gran entusiasmo porque así podría quejarme por su norma discriminatoria de padres y alguna otra cosilla que le tengo guardada; lo hice con gran éxito de crítica y público, algún murmullo aprobador y ganas de aplaudir contenidas.

Se notaba. Y es que esta chica es muy educada y tiene una sonrisa muy dulce e infantil, pero reconozco a una bruja a varios metros de distancia. A esta le asoma la escoba por debajo de su disfraz de directora… tal es así que podías notar cómo las increibles educadoras que nos estaban dando la charla (no deja de sorprenderme la entrega, profesionalidad y capacidad de estas chicas, recién tituladas todas ellas y seguramente muy mal pagadas) cambiaron su naturalidad y buen hacer por una sonrisa congelada y un ligero tartamudeo: ¡la temen!

mamanatas: Ah, pero ¿sabes qué es una escoba? En otra entrada te presento a su compi la fregona y su amigo el estropajo. Que ya me está entrando complejo de cenicienta (sin príncipe), majete.

La directora sonríe más que la bruja del este, pero las educadoras al verla sí se parecen bastante a Dorothy

Decía yo que reconocía a las brujas a metros de distancia, pero como se puede ver, alguna vez fallo. BICHO!

Sigamos: recalcaron mucho la importancia de cumplir los horarios, pero claro, esto no es fácil cuando la M30 forma parte de tus rutinas diarias. Era tan importante el tema de los horarios que la directora dijo que, CADA DÍA, ella juntaba a todas las educadoras para asegurarse que tenían sus relojes perfectamente sincronizados (literal). No pude contenerme, puse mi mirada más inocente para preguntar cuál era la hora que llevaban en sus relojes, porque de poco serviría que ellos estuviesen sincronizados si los padres íbamos por nuestra cuenta. Carcajadas generales, que ella se vio obligada a imitar (touché!). Por supuesto, nos dijo que eran las 16:47 en aquel momento.

Sincronizados nuestros relojes, la duda era ¿cuál es el margen horario para dejar al niño? Imposible antes de las 8:30 pero tampoco mucho más tarde porque no le daría tiempo a desayunar. Nos dijeron que no había problema hasta las 8:40… ¡¡¡¡JAJAJAJA!!!! Eso lo he grabado a fuego en mis notas. La próxima vez que llegue allí a las 8:35 y me digan irónica y cantarinamente cosas como «buenas tardes, guaje…», les sacaré mis papeles y les diré que hablen con la bruja del este. Y no se quedará así la cosa, les meteré un post que se van a cagar!

Lo peor fue el turno de preguntas. Yo esperaba padres ingeniosos y preocupados por cómo contribuir a la educación del niño, cómo sincronizar esfuerzos con la guardería, pero lo poco que se aportó allí fue para quejarse de lo mucho que nos hacían trabajar a los padres. Hubo uno, muy majete pero un desastre evidente, que dijo: «yo sé que tengo la silueta pendiente, pero eso ¿puede suponer un trauma al niño?». OJO AL DATO, la silueta nos la pidieron en octubre: nos dieron una silueta del niño y había que ponerle una foto o dibujo en la cara y pintarle una ropa. Tiempo total para que el resultado no dé mucha vergüenza, media hora. Pero vamos a ver, alma de dios, si te están contando que cuando entran en clase se señalan a sí mismos y a sus compañeros en las siluetas, ¿cómo crees que se sentirá tu niño viendo que todos tienen una menos él? Lamentable nivel.

mamanatas: Bueno, lo de media hora mejor que no lo menciones tú que solo dabas opinión, negativa, por cierto; la de las tijeras, pegamento, cartulinas y chapus que consigo hacer con todo eso soy yo: bricocenicienta.

Sí, es verdad que lo hizo mamanatas, pero lo de bricocenicienta hay que ponerlo entre comillas. Que nadie se piense que es un talento natural como @babybaballa o @ladymajan… tiene la misma habilidad que Carmen Sevilla manejando un iPhone.

En fin, que lo de los padres ocupadísimos era lo único que sonaba por allí. Vuelta la burra al trigo con que el trabajo nos tiene absorbidos y que se hace cuesta arriba ayudar en los proyectos… al final llegué a entender por qué insisten tanto en lo de Escuela Infantil los educadores. Lo de guardería muchos no lo dicen por economía del lenguaje sino porque conciben la escuela como un lugar para aparcar al niño.

Nada más lejos de nuestra opinión: estamos encantadísimos con los avances de conocimiento y socialización que el guaje está teniendo en la guardería. Teníamos nuestras dudas, inicialmente, sobre si era importante o no que el niño fuera a la escuela antes de los dos años y ahora todas se han disipado. No sé cómo será vuestra experiencia, pero nosotros solo podemos decir: ¡larga vida a las escuelas infantiles!

Baby Bowie

Hace unos días fuimos muy rápidos y conseguimos nuestro primer regalín promocional de la madresfera. Se trataba de entrar a la página de Minimí Petits Bàsics, elegir una prenda de ropa y mandar un correo a madresfera solicitándolo. Así de sencillo.

En la tienda online tenían ropa «con mensaje», la mayoría, camisetas haciendo referencia a algún grupo de música o cantante. Muchos de ellos, clásicos (gracias a dios!). El propio paparracho tiene varias camisetas de este tipo, así que no dudamos que encontraríamos algo..

Fuimos tan rápidos porque en la primera página que se visualiza al entrar estaba la camiseta que elegimos. Cómo resistirnos a ese «Baby Bowie» con el rayo del Aladdin Sane. El Duque Blanco, el camaleónico Bowie al que adoramos… ¿para qué seguir buscando? Enviamos el correo a madresfera, nos dijeron que éramos unos de los premiados y en menos de 3 días la camiseta llegó a casa.

Igualito a su papá

Desde esta entrada, agradecemos a madresfera y Minimí Petits Bàsics por el regalo y le pedimos prestada al Duque una canción de aquel álbum que inspiró esta camiseta.

The Jean Genie (Aladdin Sane). David Bowie en los coletazos finales de su época Glam.

Gestión de situaciones especiales con niños (Parte 2)

En esta entrada, continuamos compartiendo con vosotros esos pequeños consejos que nos ayudarán a sobrevivir a situaciones otrora simples y cotidianas y que ahora se antojan más complejas que hacerle la manicura a Eduardo Manostijeras. Además, te ayudarán  a sacar adelante a nuestros inocentes vástagos y que se conviertan en personitas de provecho.

Situación 1:  Las consignas.

Descripción: Las consignas son tus amigas. Están a la entrada de grandes tiendas, salas de exposiciones, palacios de congresos, estaciones de tren… quizás no las has visto desde que te fuiste de interrail, pero siguen con nosotros.

Consejo: Ahora que tienes un minitú, pueden serte de gran ayuda. Puedes dejar allí el carrito del niño y subírtelo a la mochila o fular, con lo que dispondrás de un ligero dolor de espalda y un par de manos estupendas que te pueden ser de mucha utilidad. También puedes aparcar en la consigna todos los cacharros que hacen ruido que tu bebé lleva consigo. No le gustará mucho la idea, pero sabes que en 2 minutos no se acordará de ello y la gente que te rodea lo agradecerá.

Nunca llegues a: Pasarte a la hora de decidir dejar cosas en consigna. Tú y yo sabemos qué es lo que más ruido hace de todo lo que llevas contigo, pero aunque solo vayan a ser un par de minutos y estés en pleno momento de transtorno mental transitorio, descarta esto!

Él nunca lo haría (¿o sí?)

Bonus: Ojo, que la consigna niño-retén no es la peor opción. A alguno por ahí le dicen que se puede llevar contigo el niño en el carrito de la compra, y entiende esto:

Al menos esperamos que el nene explote esto en el futuro y pueda vivir de su sueldo como contorsionista

Situación 2:  La playa

Descripción: Reconozcámoslo: ir a la playa con niños ya no es lo que era antes… pero así y todo (gran suspiro), cómo disfrutamos los papis los primeros años de vacaciones con el guaje en la playa: viendo su reacción con la arena, con el agua, con las olas…

Consejo: Está muy bien que tú disfrutes y hagas disfrutar al guaje todo lo que puedas y le enseñes a jugar a lo bruto; total, si cae sobre la arena no se va a hacer mucho daño, y si cae sobre el agua tampoco, simplemente hay que estar pendiente de que no se ahogue, eso sí.

Nunca llegues a: Lanzar a tu hijo como si no hubiera un mañana. Vale que son casi de goma pero el susto no se lo quita nadie. Deja de utilizar a tu vástago para hacer ejercicios de brazos: aunque sea como un muñeco en realidad es ¡ una personita con vida!

Señoras y señores, con ustedes un héroe y un par de gilipollas. Bueno, tres, que la señora está haciendo fotos.

Situación 3: Desplazamientos por ciudad

Descripción: Tienes que ir hasta el centro a hacer unas compras o dar un simple paseo. Esto te lo plantearás a diario si vives en un barrio tan aburrido como el nuestro.

Consejo: Coche, metro, tranvía o bus son tus opciones (siempre y cuando tengas en cuenta el consejo anterior). También puedes usar la bicicleta si sabes por dónde evitar que te maten (cuidadín!).

Nunca llegues a: Usar la moto, salvo que tenga sidecar (si tienes una con sidecar avísanos porque es un sueño de infancia no cumplido!). Nuestra vespa es suficiente para sentirnos felices en plan Quadrophenia moviéndonos por Madrid, pero no es un medio de transporte válido con niños pequeños. Desde luego, evita la tentación de subirlo para un trayecto corto por más que creas que hay formas de ocultarlo de los ojos de la policía. Si lo has ocultado lo suficiente para eso, el que tiene un problema serio es el niño!!!!

Menos mal que han puesto una flecha...

Bonus: Ojo con las bicis. Por más que lleves asientín de seguridad para el nene, no siempre van cómodos.

Disfrutando del paisaje

Situación 4:  Ir de romería

Descripción: Qué grandes las fiestas de pueblo con sus borrachos, sus orquestas, sus fritangas… Aquí en la meseta no son lo mismo, porque no hay sidra ni son religión veraniega (en Asturias mucha gente lleva todo en la agenda, aunque no lo creáis), pero no dejan de ser fiestas al aire libre, así que puedes estar con los guajes asilvestraos.

Consejo: No pasa nada por bailar e incluso disfrutar con las canciones pachangueras que toca la orquesta: nadie de tu trabajo tiene por qué enterarse; tampoco pasa nada por saltarse un día el régimen y meterse entre pecho y espalda un bocadillo bien hermoso de panceta a la parrilla o un bollín preñau.

Nunca llegues a: Ser  uno de esos borrachos que para que los guajes no se asilvestren demasiado y tenerlos bien controlados simplemente los pone en un sitio alto desde el que vean la orquesta y no se puedan bajar. O al menos, si lo vas a hacer, fíjate bien dónde los pones, que todos sabemos la de seguridad que suelen poner en sus instalaciones los empresarios llamados feriantes.

No seamos injustos. A lo mejor este hombre fue Presidente del Gobierno y, claro, no sabe inglés.

Situación 5:  Hablar de sexo

Descripción: Es importante que nuestros hijos, en su fase adolescente (¡o antes, amigos!) tengan la mayor información sobre sexo. Sí, esto es fácil decirlo pero ya veremos cuando nos toque.

Consejo: No nos queda otra. Hacerse a la idea de hablarles de sexo es mejor que hacerse a la idea de que ellos te lo cuenten a ti primero; o peor, que no te lo cuenten. ¡Y con lo resabiaos que vienen ahora!

Nunca llegues a: Explicarle antes lo que es el porno, y además en persona y además en vivo y en directo. Vamos, que solo le ha faltado pedirle a la niña que le hiciera la foto para  salir él con la jamona al lado.

Seguro que los amigos masculinos de la niña opinan que este padre es guay

Bonus: Ojo, no se trata solo de no llevárselos a Festivales porno. Si vas a traer a alguna profesional del baile a casa, acuesta antes a los peques, hombre.

Lumi no es... hay una señora en pijama controlando! Y qué padres irresponsables: la niña ya es muy mayor para llevar chupete...

Situación 6: conciertos y festivales.

Descripción: Si has estado en algún festival, recordarás la experiencia como algunas de las mejores de tu vida. Gente como tú, con tus grupos favoritos a 10 metros de distancia, el nivel de autoexigencia en higiene y comodidad por los suelos porque el resto lo compensa… en fin, el paraíso del ocio juvenil.

Consejo: Los festivales no son sitios para hijos. Incluso hay quien duda que sean sitios para padres (yo no recuerdo muchos padres a mi alrededor cuando iba al FIB o al Primavera Sound). Puede ser que estés a punto de liarte la manta a la cabeza porque este año viene Wilco o Yo la Tengo, pero asegúrate de encontrar acomodo para tu hijo en casa de unos siempre queridísimos y utilísimos abuelos.

Nunca llegues a: Que no, que no lo lleves. Tiempo habrá a que quiera ir él, porque te adelantará por la derecha en menos que canta un gallo. Ah, ¿que quieres desoir este consejo y te lo llevas? Pues intenta mantenerte alejado de las muchedumbres y de los múltiples vicios a tu alrededor. Recuerda que los niños son auténticas fieras en absorber cualquier experiencia que ven a su alrededor.

Sí, lo que el padre tiene en sus manos es una auténtica TROMPETA (teré, teré, tereta)! Y la niña, como veis, ya pone los dedos en plan "que rule"!

Hasta aquí llegan hoy las sugerencias de estos aprendices de padres. Seguro que conocéis muchas más situaciones como estas y esperamos recibir también vuestros consejos. Comentad, comentad!!!!

De la genética y otros demonios

Empezaré diciendo que el guaje a la madre que lo parió, que es la que suscribe, no se parece físicamente ni de casualidad ni de rebote ni de coña. Y al padre… hombre, por descarte, se podría decir que se parece más a él. Pero vamos, nada evidente.

paparracho: vamos, anda! el guaje es igual que yo!! Bueno, algunos dicen que igual que mi padre, pero si también decían que yo era igual que mi padre… ¿no era así lo del silogismo categórico?

En fin, por decirlo claramente, se parecen más estas dos criaturas que el guaje a cualquiera de nosotros.

La verdad es que empiezo a preguntarme con quién se habrá liado paparracho para que el guaje saliera con los ojos de color marrón oscuro: los dos los tenemos más bien claritos (paparracho verde-gris-raruno y mamanatas marrón-miel-da) y el pelo del guaje ha salido agraciado, vamos, de los despeinados, que ni liso ni rizado, una cosa así como si se acabara de levantar de la cama todo el rato. Y yo de pequeña tenía el pelo superliso y lacio y paparracho me consta que también e incluso más que yo. De hecho, fíjate si lo tendría lacio que él mismo con sus 8 añitos cuando iba a hacer la comunión le pidió a su madre que le cardase el pelo (no commments) para que no le quedara tan recto y tan sin gracia, y al final le quedó un look muy en plan Bertín Osborne, que yo creo que era lo que se llevaba en aquella época… en los adultos, no en niños de 8 años comunionistas… Sí, sí, mucha foto de christmas, que le hacía ilusión ponerla aquí, pero a que no hay huevos a poner la de la comunión?? (Me la estoy jugando mucho, me la estoy jugando y me da que esta noche duermo en el sofá…).

paparracho: perdona, no era un cardado… solo se trataba de darme un poco de volumen! En cualquier caso, soy un hombre valiente y recojo el guante:  prometo post comunional con testimonio gráfico incluido. Soy como McFly… a mí no me llama nadie gallina!

En otras cuestiones físicas, por ejemplo, jugando con la pelota, a pesar de sus casi 20 meses parece que tiene bastante estilo dándole con los pies. En este sentido, se parece a paparracho un huevo, quiero decir, como un huevo a una castaña. Se maneja mejor el guaje con esos casi 20 meses que el padre con sus treintaytantos. Hasta Darwin le manda mensajes a paparracho desde el más allá: cada vez que juega un partido de fútbol se lesiona… ¡deja de hacerlo!: selección natural.

paparracho: Ay, qué atrevida es la ignorancia… yo lo que tengo es un estilo poco ortodoxo pero eficaz. Digamos que soy como Julio Salinas, uno de los más grandes de los últimos 30 años (sé que me la juego con un comentario futbolero en una madresfera repleta de mujeres, pero nobleza obliga!)  😛

Es más, cada vez que hace el mínimo deporte y con “mínimo deporte” me refiero literalmente a echar una carrerita hasta la parada del autobús cuando ves que lo vas a perder, ¡¡siempre le pasa algo!! o le da un tirón o le cruje la rodilla o se hace un esguince. Vamos, que comparto mi vida con una de las chicas de oro. (Ya voy sacando mantas y sábanas para el sofá…).

Que no lo oculten más: ¡tienen que ser hermanos!

En el plano social sin duda se parece mucho más a paparracho. Por ahora es bastante abierto y sociable, tiene pinta de que le va a gustar la fiesta (dios nos ampare). A las educadoras de la escuela las tiene locas con esa cara que pone de soy un pillín pero te lanzo mi amplia sonrisota y te dejo K.O. En esto es el padre el que le gustaría parecerse al niño pero no… no le llega ni a la suela… y además, señor paparracho, perdone pero podría ser el abuelo de esas nenas… (y ojito con su respuesta que a este paso es usted el que se va al sofá).

paparracho: Y dale con eso. Cuidadín, que me acerco a la edad de ser un madurito interesante… es que no valoras lo que tienes!

En el plano psicológico podemos comentar que el guaje se parece a mí (coño, por fin en algo) en la mala hostia (hay que joderse pero es así). Yo por las buenas genial, y suelo tener paciencia, por lo menos bastante más que paparracho. Pero por las malas, de repente hay algo dentro de mí que hace clic y me sale la Mrs. Hyde que llevo dentro que solo falta que la cabeza me empiece a dar vueltas y me ponga a hablar al revés. Sí, reconozco que a veces me doy miedo a mí misma… puede tratarse de unos segundos, pero en ese microtiempo me salgo de mí hasta llegar a ponerme chula con un tío que me saca 2 cabezas, o con unos kaleborrokas en una sidería vasca… así soy yo! y así parece que se las gasta el guaje! Bueno, se le junta mi mala leche y la poca paciencia de paparracho: una pequeña bombita que explota a la mínima, y no me refiero a los gases… ejem ejem.

Lo cierto es que releyendo lo anterior parece que el guaje solo está cogiendo lo malo de cada uno; espero que a medida que va creciendo se le vaya pegando lo bueno… a ver si lo que pasa es que no tenemos bueno?? uff, tendremos que hacérnoslo mirar ya!! ¡Todo sea por un hijo!

Y menos mal que no tuve antojos durante el embarazo, que luego se ven cosas muy raras...

Pequeños dramas navideños. Hoy: la papada.

«Yo, una vez, estuve bueno». Esta frase, que pronuncié por primera vez después de navidad hace tres años, forma parte ya de mi antología particular de tonterías. Lo comenté con mis compañeros de trabajo que se estaban metiendo conmigo porque había vuelto más gordo de lo habitual de mis vacaciones en Gijón. Cabrones…

En realidad, nunca estuve bueno porque siempre fui un tirillas, pero de guaje y chavalín era algo guapete y tenía mi público, eso sí. De pequeñín era el típico niño que siempre escuchaba cómo decían a mi madre por la calle: «ay, qué nena más guapa tienes» (cómo odiaba eso) y mi novia en la EGB era la más guapa del colegio, para envidia de los niños matones que hacían una pequeña legión en mi barrio en los 80. Luego, en el instituto la cosa fue a mejor: fue una época en la que tuve cierto éxito con las chicas aunque lo que realmente se me daba mejor eran las madres de la época. Y es que por encima de todo era muy educado y buen estudiante. Todas me querían para sus hijas.

mamanatas: Siempre quedará para los anales aquella historia en la  que preparándome una tarta de cumpleaños sorpresa en casa de una amiga conoció a la madre de esta, y cuando paparracho se fue le dijo a mi amiga: <<o mamanatas tuvo mucha suerte o se va a llevar un disgusto>> (pensando en la posibilidad de que fuera gay, jijiji).

Fueron pasando los años y la cosa fue bajando paulatinamente. Empecé a tener alguna novia que me durara más de 3 meses (eran relaciones cortas, pero me entregaba como si fueran las definitivas, no os creáis) y después de un par de parejas de más duración, conocí a mamanatas. Éramos amigos de la misma pandilla y lo fuimos durante tres años hasta que empezamos a salir juntos. Ella dice que no entiende cómo acabó conmigo porque nunca le había gustado y además le caía un poco mal al principio. Miente como una bellaca: bebía los vientos por mí en silencio y se enamoró hasta las trancas y así sigue casi 12 años después.

mamanatas: Sí, en silencio como las hemorroides, no te fastidia (había puesto «no te jode» pero estoy haciendo propósito de enmienda con los tacos, ya sabéis…)

La cosa es que con el tiempo, me ha cambiado el metabolismo, he ido dejando de hacer deporte, siendo el único que hago ahora «levantamiento de niño» y lo practico en el parque, en la cocina, en el salón y cada vez que tengo que recoger al guaje del suelo en uno de sus frecuentísimos castañazos. Lo del metabolismo no es una excusa: gané 5 kilos al año durante 5 años (haced la cuenta) con lo que me convertí en un hombre con ligero sobrepeso. No se puede decir que estoy gordo, pero casi. Y ese «casi» lo supero periódicamente cada año en Navidad. Normalmente estoy en un punto de peso que si pierdo tres kilos me dicen: «cómo adelgazaste» (bueno, mi madre dice: «vuelves a ser el mí paparrachín de siempre») y si gano tres me pasa lo que me pasó esta mañana:

Me acosté siendo un tío normal y cuando me levanté durante la noche al baño me ví de soslayo en el espejo y me asusté. ¡ME HA SALIDO PAPADA! ¿Y ESAS TETAS? Se ve que ayer tenía aproximadamente 2,900 sobre mi peso habitual y la digestión del pitu de caleya hizo el resto.

Así me levanté yo esta mañana

mamanatas: Hombre, yo creo que tu punto no está en más menos 3 sino en más menos 10 pero para mí sigues estando bueno… a no ser que te columpies mucho metiéndote conmigo y entonces diga que tu punto está en más menos 20.

Todos los años me pasa, joder. El año pasado por estas fechas fui a Mareo a ver entrenar al Sporting y me hice una foto con Manolo Preciado. No me había mirado al espejo por la mañana y resultó que aquella noche también me había salido papada. Así quedó registrado para la posteridad, como si fuese mi estado natural. Incluso tuve los santos huevos de tenerla de perfil en el facebook, y es que soy más preciadista que presumido.

Afortunadamente, en unos días volveré a mi estado natural, pero es que… ¿tenía que ser precisamente hoy la aparición de la papada? Mañana conoceré en persona a un referente de la moda infantil 2.0 y me presentaré con pechos, pero lo peor es lo de esta noche: justamente tenemos una cena «revival» con los amigos del instituto, 20 años después. ¿Y qué hago yo ahora? ¿Me presento con jersey de cuello cisne y metiendo panza? Hombre, ¡¡¡es que uno tiene una reputación!!!

mamanatas: Yo no quiero decir nada pero como te pongas un jersey de cuello cisne apretadete lo de las tetas puede ser tremendo: 180-120-90…

Yo, una vez, estuve bueno. Hoy es un lejano recuerdo que solo mamanatas me recuerda cada día al despertarnos juntos y cuando miro al guaje y veo la capacidad que tuve para crear ese bellezón!  🙂