Archive | junio 2013

Yo no estuve el #8J

Sí, qué pasa… soy un paria en esta relación de dos. Tuvimos la mala suerte de que el evento blogger del año coincidiese un día que no teníamos familia para cubrirnos durante el día (y la noche, obviously) y uno de los dos tenía que quedarse fuera con el niño. Aunque el blog es prácticamente mío, porque esta costilla mía le echa mucho morro, ella dedició ir y si ya le tengo miedo en situación normal, como para importunarla con un bombo de 6 meses. A última hora, mi santísima madre se vino desde Gijón para estar con el nieto y que disfrutase al menos de la noche, casi ná. Y allí aproveché todo lo que pude, que no fue poco.

mamanatas: Vamos, me tienes tú un miedo que pa qué. Ya no sabes qué hacer para quedarte con el blog, ya me echaste en su momento del twitter y casi casi del Facebook; ten cuidao que cualquier día te quedas solo y te empiezas a inventar las historias paternales como otra blogger que hubo por ahí…

En fin, que yo pasé una mañana entretenidísima con hijo y mamá, luego dormí una siesta estupenda y después preparé mi outfit para el #8J, consistente básicamente en lo primero que encontré en el armario que no tuviera lamparones. Pero antes de ir al Matadero Madrid, tenía que pasar a hacer el check in en el apartamento que ganó nuestra amiga Vanina y esperar a su Don para ir juntos. Fue un momento muy duro, que tuve que suplir con alguna que otra cerveza, una tumbona, un poquito de sol y mi adorado Dickens. De esta guisa estaba yo.

mamanatas: Con lo de mi adorado Dickens no te refieres a un güisqui, no?

¡Aparta de mí este cáliz!

¡Aparta de mí este cáliz!

Al final las chicas vinieron al apartamento (a descargar equipaje y regalos, no por amor, descuiden!) y desde allí nos fuimos a la Terraza del Matadero. Es verdad que no estuvimos, pero entre lo poco que pudimos averiguar y lo que leí hoy en twitter, estoy enterado de que:

– Os han regalado chuches por doquier

– Campofrío es una marca de mujeres

– Hay quien cree que tener 2.000 seguidores en twitter te convierte en famoso. Y yo con 800 sólo sé que no soy nada.

– Había un tío de LG al parrecer muy atractivo, VeLenGoso lo llaman ya.

Mamá en Alemania sabe darse mus como nadie (se lo dije en persona: ídola) y era, para mí, la más elegante de la sala… ¡y estaba el listón alto!

– Había otro tío llamado Carlos Bravo del que se habla mucho también: porque decía que había que escribir un 30% más que el resto (apañado voy) y no sé qué del G+1. Ah, y porque era muy guapo a la par que bajito.

– Que Mónica, Laura y Juanpa son adorables. Cosa que ya sabía.

– Que el mejor sitio para cargar el móvil era la sala de lactancia y que en la desesperada búsqueda de enchufes ¡hubo quien llegó a Atocha!

– Que hay que tener un excel con contraseñas y no sé cuántas cosas más

– Que se creó un club de bloggers rurales para los que no les da la cabeza para seguir tanto consejo. Por supuesto, ya soy miembro.

Y bueno, llegué a lo programado: al fiestón. Comida tan rica como escasa, pero barra libre de bebidas, que amorticé como correspondía. El verdejito de Rueda daba la talla y no se le pueden poner pegas al evento: por 17,50 no se puede pedir más. Otro acierto de la organización. Pude charlar con muchos bloggers, tuve la suerte de tener en brazos al bebé de La chica perika un ratito (y es, como dicen los argentinos, completamente morfable) y el veredicto en mi pugna con mamanatas fue claro y abrumador: !SÍ A LA BARBA!

mamanatas: Estén atentos a sus pantallas porque este tipejo provoca más que la cospedal y se avecina algún que otro escrache más, HAHAHA!

Lo pasé en grande, pero la cosa fue por los derroteros que me temía… si llevaban en la Casa del Lector desde las 10 de la mañana, ¿quién coño iba a llegar al chocolate con churros matinal con un zapato puesto y otro quitado? Imposible. Aquello empezó a vaciarse a las 11 de la noche y a partir de las 12 quedábamos los irreductibles pendencieros habituales y otros que ya nos parecían peligrosos por la pinta. Menos mal que iba preparado.

El grupo de sospechosos habituales lo formaban: La gremlin, la runner, la tigre, Vanina y Don, Esther Gili, Niros Ania Zul, Peineta y Ata. Tres preñadas… ¡que tomen nota los que estaban tan cansados! Buscábamos un bar donde tomar la última (nos echaron del Matadero, esto es «asín») y nos dirigimos al hispterista Costello Río que tanto recomienda la chica del barrio. Dos y poco de la mañana y nuestro gozo en un pozo: que anduviéramos vía, que iban a cerrar. La gremlin utilizó sus mejores artes para sacarle al camarero un sitio cercano donde tomar algo. Él le dijo algo de un sitio que estaba a 30 metros al que podíamos ir si éramos de fiar… ¿sospechoso? ¿quién dijo miedo? Se llamaba algo así como no se qué PINO no se qué ROJO. Allá que fuimos.

Tras 30 metros multiplicados por 10 llegamos a un bar cerrado a cal y canto que se llamaba algo de pino rojo y que tenía una pinta bastate más sospechosa que nososotros. Era algo así como La Ostra Azul pero con las luces apagadas. ¿Que qué es la ostra azul? ¿Pero vosotros tuvisteis infancia?

En fin, que allí se acabó la noche grupal y cada mochuelo a su olivo. Pero el Don y yo no nos dábamos por contentos y buscamos un sitio por el barrio… ¡Oh, miserables hados! hasta el mítico Iberia nos cerró la puerta en las narices y ante la perspectiva de entrar al único sitio abierto cercano, la Sauna Paraíso, entramos al apartamento. La noche duró hora y media más, 90 minutos de charla de amigos de esas que no quieres que se acaben nunca y el Don y yo demostramos que somos unos caballeros saliendo a la calle a buscar algo de comer en un 24 horas. Que no se quedasen nuestras damiselas sin el colacao y un donut para ir a la cama.

Yo di cuenta también de las muestras de la marca de mujeres esas y de la hamburguesa de atún de Isabel, pero esa es otra historia que puede que se convierta en otro post sobre una marca, SIN PATROCINAR. Cómo era eso, ¿ALT? ¿NO FOLLOW? Enseñadme algo los que estuvisteis, perrac@s, que ya sabéis que soy el paria de esta pareja!!!

Escrache «Stop a los pelos»

La agencia Ejque informa de que en un domicilio madrileño se ha producido un escrache en el que se exigía la desaparición inmediata de la barba de un hombre llamado paparracho.

Según fuentes policiales, todo parece indicar que los participantes en dicho escrache son miembros de la propia familia del individuo, concretamente, su mujer, cuyo nombre es mamanatas, y su hijo, más conocido como «el guaje».

Se desconoce si se trata de un escrache puntual o si tendremos más noticias que apunten en la misma dirección.

Stop a los pelos

A la mujer, embarazada, parece asomarle cara de pena y desesperación bajo su pañuelo palestino; seguramente debajo de esa cara sonriente de Pluto se esconde un inocente niño amargado con la barba de su papa.

Seguiremos informando.