Despertares… marujeando el 16J
Sábado 16 de junio. 14:42
Un calor pegajoso inunda la habitación donde paparracho y mamanatas intentan aferrarse a los últimos instantes de descanso y sopor. La claridad va inundando la sala y ella abre resignadamente sus ojos para lanzar una mirada fugaz al reloj.
mamanatas: paparracho, venga, hay que levantarse.
paparracho: grumuppffffufff…déeemmmjjjjaaaammme
m: son las 2 y pico; vamos, ho, que tu hermana se fue con el peque a la piscina.
p: joder, qué dolor de cabeza…. Oye, vamos a ir tranquilos hoy que podemos. Dime, ¿qué te pareció lo de ayer? ¡¡¡¡Cotilleo!!!!
m: Serás marujón… buff, yo lo pasé genial.
p: ya al llegar allí flipé con lo que tenían montado, pero ni de coña me imaginaba que iba a estar tan bien. Mira que en la terraza pensaba que íbamos a quedar con más fame que Carpanta, pero al final comimos mucho, bien y todos los de La Bienquerida nos trataron genial.
m: yo eché el freno en el primer cava que tomé porque ya me veía medio pedo… soy lo peor! Blog de madre flipó conmigo y la velocidad en que me tomaba mi mojito, claro que su velocidad es inversalmente proporcional a la mía. Me encantó pasar tantos ratos con ella porque la tía te engancha un montón. Uno de esos ratos geniales fue cuando apareció Peineta… qué entrada triunfal!! buenísima!! No dábamos crédito… está más loca de lo que parece escribiendo (ya sabes que te lo digo con cariño, Peineta).
p: Ahí la tienes: experta en parquets flotantes, bragafajas y animación. Cautivaba a todos en la terraza. Y además, bilingüe, jaja.

¡Cómo estaba aquello de regalos! Nunca se vio un despliegue igual en una fiesta. Así estaban las mesas de la terraza, llenas de ropa trendy y libros de las blogueras más celeeeeeebrities…
p: Oye, ¿y hablaste con mucha gente allí? porque yo perdí la cuenta. Mira que pensaba que íbamos a andar en pequeños grupinos toda la noche, pero al final fue lo contrario. Con la primera que hablé fue con trastadas de mamá, que me cayó fenomenal aunque no tuvimos mucho tiempo, y también con mamá 2.0., que teníamos pendiente comentar lo de la guardería del otro día pero nos pusimos de acuerdo rápido. Majísima.
m: jo, a mí me dio pena porque al final no hablé con ella; nos cruzamos alguna risa durante la actuación de vaninas y su amiga, que, por cierto, fue acojonante, espectacular.
p: alucinante. ¿Quién iba a imaginar el nivelazo que tenía, eh?
m: Con quien sí estuve hablando fue con la chica del diván de las cinco rosas, que menudo carrete tenía. Hablaba muchísimo, pero era muy divertida.
p: pues yo no la llegué a conocer, éramos tantos… Y ¿qué me dices de la de Lilliput? yo llevé una sorpresa tremenda con ella porque con las fotos del blog me la imaginaba bajita y algo rechonchilla y resulta que era más alta que yo y superdelgada. ¡Ésta casi sale tan mal en las fotos como tú!
m: hala, qué bruto. La verdad es que a mí me pasó igual, jijiji, bueno, y más o menos se lo dijiste a ella con otras palabras. Y lo que sí se cumplió es el buen rollismo que transmite por twitter, me cayó genial!
p: sí, a mí también, y además aguantó hasta el final con los 6 magníficos. La del barrio, la del gremlin, la mudita, ella y nosotros. Esos chocolates con churros en San Ginés, como en los viejos tiempos, volviendo de día!
m: ay, la mudita, uno de los descubrimientos de la noche; ya la habíamos conocido el día anterior en lo de Nonabox de Madresfera, pero muy poquito, y además no llevaba ninguna flor en el pelo, con lo bien que le queda. Qué maja es y divertidísima. Ese mercado no medieval marinero, jajaja 😉
p: me descojonaba con ella. De todo tenía una anécdota. Salía cualquier tema en la mesa y en 10 segundos tomaba el timón. Yo me miraba con la cordobesa y flipábamos. Vaya risas. Y la del gremlin aguantó también, pero al final de noche iba dopada nivel Contador. Estaba feliz como si estuviera en una película. Yo creo que disfrutó como una enana.
m: la verdad es que es casi imposible imaginar el 15J sin ella. Es el auténtico alma, el espíritu desvirtualizador, el alma de la fiesta. Estaba absolutamente pletórica.

Chicas, la próxima vez que alguien os quiera enseñar a ser trendy, recordad esta foto. Es Gran Vía, está casi amaneciendo y los de la basura acaban de regar la calle!
p: Oye, ¿y LNSN qué te pareció? Yo estuve con ella al final hablando y muy bien, porque la verdad es que apenas me conocía. Por eso al principio no me quería en el 15J, la muy perraca. 🙂
m: lo de LNSN fue muy bueno, ese momento “Confesiones” cuando me dice que eres más majo en persona que escribiendo, jajaja, aaaay, si yo le contara…
p: ¿si le contaras qué? ajquerosa, si soy un ángel caído del cielo…
m: y tan caído… ¡como una losa!
p: ¡hala, si no me llama gordo revienta! Tráeme un Ibuprofeno, ho… oye, una cosa, ¿se me leerá así en plan borde? porque la desmadreando también decía que me temía! Por cierto, que casi no pude hablar con ella, pero en León terminamos la charla.
m: muy mona la chica; me hacía gracia porque escuché a varias decirle que con lo linda que era cómo se ponía un avatar tan horroroso… pues a mí me gusta, ¡hala!

La cosa en el Larios se nos fue de las manos. Ocultaremos el nombre de estas dos blogueras para preservar su intimidad… XD
p: Y la del barrio, después de toda la currada del día (y la noche), enterísima… con ella tenemos unos helados pendientes en la Arganzuela. Bueno, con ella y con Caudeli… tenemos una revolución que lanzar. ¡Lo tengo todo apalabrado!
m: la del barrio es muy de barrio pero qué clase la tía, ya quisieran muchas. Es de las que te hace sentir a gusto siempre. Eso sí, casi la prefiero sentada al lado en un curso de washi, cuando no me había dado cuenta de lo altísima que es y lo pequeñaja que soy yo.
p: tan pequeña que la cabeza te huele a pies, jeje. ¿Y Base Echo? ¿Pudiste hablar con ella? Me cayó genial también, eso sí, es una frikaza de puta madre… y dice que el marido es tan tocahuevos con ella como yo contigo. Si es que nos provocáis…
m: parece muy maja pero casi no estuve con ella, así que… otras cañas pendientes para que podáis meteros con nosotras, maridos cabrones. Y las entremadres, tan estupendas ellas como siempre; qué elegancia, qué saber estar, qué buena conversación, qué pedazo de bolso llevaba Laura, que te encalomó a ti y después tú a mí… En este evento pasé más tiempo con ella, que me estuvo contando un poquito su nuevo proyecto: espero que le salga muy bien, seguro que sí 🙂
p: ¡qué cabronas estas dos! Ninguna me quería en el 15J, después de haber estado conmigo hasta de cañas… pero bueno, la verdad es que acabamos muy bien. Yo me parto con Cruz y ese puntito suave que tiene. Y cómo posa la tía en el photocall… se estudió el hola de arriba a abajo, fijo. Eso sí, al final mucho fashion victim pero no hubo huevos para tacones… ¡con cuñas! eso quita puntos en divinidad…
m: no me hables de huevos que la peluca y la boa de plumas rojas te las vimos puestas el camarero y yo… bueno, la rockera tiene testimonio gráfico así que no te vas a escapar de las burlas de las chicas tan fácilmente, JUA JUA JUA
p: Menudo currazo el de la Claripondia… casi 400 fotos, toda la noche cámara en mano y qué divertida estaba siempre, con Quintano ahí de ayudante en plan profesional, y ésta, encima, fue la que consiguió lo de los gintonics que nos tocó. El cielo ganado tienen las dos.

paparracho con el animal salvaje prometido (esa boa de vedette) y la peluca matadora, que le daba un puntito ramone más que de chica. En cuanto a mamanatas, no es que esté borracha (acabábamos de llegar), es que está poniendo su cara de foto… ¡ella es así!
p: por cierto, cómo me engañasteis con esa peluca. ¡Era horrible! Tú querías que fuera allí a hacer el ridículo, pero bueno, gracias a mi encanto natural me pude sobreponer a ese ridículo inicial. La verdad es que no me sentí fuera de lugar en ningún momento, no me refiero a que los demás me vieran como uno más sino a cómo me sentía yo, me sentía como si fuera una más.
m: sí, claro, a qué huelen las nubes, tralará, venga, ponme la canción esa de bitch, nena…
p: no, en serio. Yo creo que a papá lobo le pasó igual. Qué bien lo pasó. Empezó más tranquilo, porque es algo más tímido que yo, pero a medida que avanzaba la noche. Terminó bailando salsa en el Larios el muy jevitón!
m: bueno, sí, con la diferencia de que yo a papá lobo lo veo más masculino que a ti pero esto daría para otro post, jajaja
p: bueno, lo que me faltaba ahora. ¿Y a la golosi y la de la manada las llegaste a conocer? eran majísimas las dos. Otro descubrimiento. Con la cantabrona estuve hablando del pobre Preciado y todo.
m: Ay, la golosi muy maja; con la de la manada no tuve casi ocasión. Tampoco estuve mucho con Desaforando, ya nos tenemos más vistas pero vamos, que el curro que se pegó con todos sus DIYS, selfpa…ing, craf…ing, y todo esto que no sé pronunciar… impresionante! Bueno, y qué me dices de tu regalo de cervezas La Cibeles?
p: sí, de la del Sueño de Teresa, otra que se implicó en la organización a tope. Más maja que las pesetas. Y la del caos, que se curró por todos lo del detalle de las organizadoras. Ah, y Blanca y sus pedazo de tartas.
m: joder, paparracho, «y sus pedazo de…» suena fatal, jajajaja

Toneladas de regalos molones en el 15J. Por cierto, nosotros teníamos esto en la bolsa de cosas crafty… nadie habla de ello, ¿vosotras no tenéis u os da vergüenza? 😉
m: otra con la que flipé, la mamá molona… ¡la mujer cambiante! ¿Muy agradable, no?
p: Increíble. El día anterior en madresfera, iba informal -decía ella- con su vestido blanco estupendo. Pero con el pelo más o menos liso y gafas. Y llega el 15J y aparece con pelazo con ondas y lentillas. Muy divertida.
m: ¿y qué me dices de Sardinas? qué risa con ella, jajaaj. Si se llega a ir y nos deja sin escaleras pa’bajo en el Larios, menudo rollo…
p: pero si la música cubana de arriba estaba genial… si es que sois todas unas niputaideístas, no hago carrera con vosotras. Claro, así ganó el concurso la del macaco ese ¡con lo guay que era la de La Revolución Sexual!
m: calla calla, que podía haber ganado la Sardinas con el cantajuegos, y no hubiera tenido ninguna vergüenza en hacernos las coreografías…
p: de ella, me lo espero… soy una taza, una tetera, jajaja. En fin, que son ya casi las cuatro y al final quedamos sin piscina. ¿Qué hacemos, comemos, desayunamos o…?
m: por supuesto desayunamos, nunca salgo sin desayunar, y me refiero a desayunar de verdad… ¡deja de mirarme así!
p: ¡cortarrollos!
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Fueron muchas más las personas con las que pudimos compartir un poco de tiempo aquella noche. Catalina de mamá también sabe, la chica Perika, Sandra de Spices Cave, Drew, Belbelart, Wikimums, madres estresadas, Esther la ilustradora… A todas, muchas gracias por este 15J inolvidable. Podíamos haberos puesto algún despelleje en el texto, que alguna lo merecía, pero fuimos buenos y nos hemos impuesto la autocensura! 😉
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Pasado el aŕbol… al fondo a la derecha
Érase una vez un guaje al que su profesora veía preparado para dejar el pañal… ¡¿Cómorrl?! Dijeron sus progenitores a la vez.

Con lo seguros que nos sentimos los papás con San Pañal… vale, nos quejamos de su precio pero ¡que nos quiten lo cagao!
(Atención al bebé desgañitado del fondo que por la gracieta del hermano no le hacen ni puto caso)
En realidad, esta historia comenzó mucho tiempo atrás, cuando el pequeño empezó a hacer pis en el orinal. Por aquella época, estaba muy orgulloso de poder miccionar (¿habrá palabra más fea que esta? yo prefiero decir «mear», no me caracterizo por mi finura…), pues eso, estaba tan orgulloso de no mearse en el pañal que le encantaba bajarse los pantalones en cualquier lugar; ¡qué afición a este exhibicionismo evacuador! Como me despistara un segundo andaba medio parque con los pantalones por los tobillos, pero también lo hacía en el supermercado, en la panadería, en el autobús… Aquí lo cuenta con mucho «detalle» paparracho.
La siguiente fase fue la de sentarlo en el inodoro (otra fea; mejor váter, ¿no?). Y en ese momento la cosa empezó bien, muy bien, demasiado bien… mientras los padres de otras criaturas meadorasbarracagadoras tenían problemas para sentar a sus vástagos en el «trono» (conocemos algún caso en el que lo utilizaba como si fuera una moto pero de lo otro nanaina), el nuestro se podía tirar allí sentado su cuartito de hora, veinte minutos, y de ahí pa’rriba; a mí lo que me extrañaba es que cuando se levantaba caminaba normal!!… ¿cómo era posible que no se le durmieran las piernas? Es lo que tiene la afición lectora-escatológica…
paparracho: a él no se le dormirán las piernas (aunque queda con las marcas del adaptador el pobre), pero a mí sí. ¡Si casi me duermo allí entre el Pollo Pepe y el Ratón Nicolasete! Madre mía, con lo que yo soy, que cuando entro en el WC, por el tiempo que estoy nunca se sabe si fui sólo a mirarme al espejo o a preparar un buen frosting de chocolate como buen trendy-dad que soy.
El otro incoveniente de esta fase era la planificación porque, claro, intentar salir a determinada hora era imposible: ¿cuánto nos iba a llevar el momento allbran? Y el día que decides, junto con paparracho en gabinete de crisis, sentarlo en el váter 20 minutos antes de la hora, ese día el tío finiquita el tema en cero coma y justo cuando estás poniéndote la chaqueta para salir por la puerta: ppprrrrrrr (sonido pedo) y se caga… y encima se caga blando… ole tus…
paparracho: oiga usted, que está mancillando el honor del guaje. [modo PADRAZO = ON] ¡Nunca hizo eso desde que le quitamos el pañal! Pasó alguna vez cuando aún lo llevaba, pero ahora lleva semanas y semanas limpio, que quede claro. No te preocupes, guaje, que está aquí tu padre para defenderte de ésta. [modo PADRAZO = OFF]

¿A quién no le ha pasado esto alguna vez? Nosotros confesamos: alguna vez, pero cuando te das cuenta, coño, repite la foto delante del espejo ¡sin flash!
La etapa actual es la de «Érase una vez». Sin pañal que vamos por la vida como unos insconcientes, kamikazes, temerarios… Para ilustrar nuestra falta de sentido común un botón: a nadie se le ocurre empezar el primer día sin pañal pasando todo el día fuera de casa; a nosotros sí; a nadie se le ocurre que ese día fuera de casa sea en la pradera madrileña en San Isidro; a nosotros sí; a nadie se le ocurre llevarse el orinal para pasar el día entre gallinejas y jóvenes haciendo botellón; vengaaaa, todos juntos, a quién: ¡¡a nosoootros siií!! ole nuestros…
Era para habernos visto: para empezar, teníamos al guaje en calzoncillos, camiseta de tirantes y chaleco de chulapo con clavel… ¿alguien puede superar eso? Cada poco lo poníamos a hacer pis; para no vaciar su contenido al lado de todo el mundo nos dábamos un paseo de unos 200m hasta una zona de matojos y allí lo limpiábamos con unas toallitas «de aquella manera» y vuelta a nuestra zona de acampada; pero llegó el momento orinoco con canoa (a.k.a. pis+caca) y nos enfrentamos a ello como un equipo unido: fuimos los dos a las labores de limpieza, paparracho pudo tirar prácticamente todo el líquido y quedarse con el sólido, mamanatas sujetaba una bolsa en la que paparracho depositó dicho sólido, esa bolsa la tiramos a un contenedor (sí, parecía que habíamos ido con Toby), y a continuación otra vez limpieza «de aquella manera» con las toallitas, en esta ocasión más concienzudamente, aunque fuimos afortunados: el sólido era bastante sólido… A la muchachada de la zona la teníamos alucinada con el orinal paseo pa’rriba paseo pa’bajo.
paparracho: a fe de ser justos y puestos a contar anécdotas, te falta la del otro día. Sí, esa en la que pensaste que ya estaba listo para mear de pie contra un árbol y simplemente le ayudaste a apuntar y listo. Resultado: el niño meado encima por culpa de una madre inexperta en prepucios… a tus casi 40 años!!!
[Voy a hacerme inexperta en tu prepucio, gilipollas; «a tus casi 40 años»… esta no te la perdono.]
Ese día quedará para siempre en nuestra memoria (y en este blog, que hará que el guaje nos tenga cierto resquemor y que la posibilidad de asilo tercermundista para nosotros aumente más que la prima de riesgo).

Padres del mundo: si la profe dice que están preparados y si queréis a vuestros hijos, animarsen a quitar el pañal… no vaya a ser que se lo quiten ellos mismos.
Y bueno, la verdad es que a día de hoy tenemos que agradecer a esta profesora la confianza que ha demostrado tener en el guaje. Por ahora lo lleva estupendamente, pocas veces se le ha escapado, empieza a pedirlo, le hemos espaciado el tiempo de sentarlo y creemos que ya ha concluido exitosamente la operación pañal. Eso sí, esperemos no estar pecando un poco de «sobraos» y que llegue el día en que nos la monte a lo grande y bien gorda: no sé, se me ocurre, por ejemplo, que se te cague en el metro… siento pánico solo de pensarlo, OMG!!