¡Ni puta idea, chapuceros! (popurrí)
Hoy es uno de esos días mierdosos, en los que todo lo ves mal, fatal, sin ganas… La situación actual tanto personal como colectiva me lleva a un desasosiego que no deseo ni a mi peor enemigo… ¡qué cojones! ¡sí se lo deseo! sobre todo a ciertos políticos y/o personajes que me están amargando la vida: la mía y la de futuras generaciones.
Y yo me pregunto: ¿es tan difícil hacer las cosas bien? ¿o, por lo menos, intentarlo? No me ha pasado nada en concreto pero a veces hay detalles que te tocan la moral, que te dan una colleja de esas que joden, un día, y otro, y otro más. Así que el post de hoy espero que me ayude a desahogarme un poquito. No tengo ni repajolera idea de cómo me va a salir la criatura, ni tampoco sé si de esta paparracho me echa del blog, por coñazo. Pero o saco todo lo que llevo dentro o exploto:
- Situación empresarial: hace un par de días fui a comprar unos regalitos al Toys r us. Al pagar, comento que los dos paquetes que llevaba eran para regalar. Me indican dónde está la mesa para envolver (parece que eso de que te lo envuelva personal de la tienda ya no se lleva… y les sale más barato, claro). Y me da una ficha para el papel. ¿Cómorrlll? Allá que voy con la ficha y cuando llego a la mesa hay un maquinón donde metes esa fichita (o en su defecto, dinero) para que te salga un metro de papel que la máquina corta sola. Si vas a envolver un chupete y necesitas menos, da igual, llorará un arbolito amazónico. Si quieres más o no tienes tarjeta, te lo pagas… ¡a 50 céntimos el metro, oiga! Vale, la calidad del papel es buenísima y el corte que te hace la máquina es limpio, impecable, pero coño, que hasta en los carrefures y los alcampos te dan el papel gratis (aunque a este paso, ver veremos). Yo había hecho una compra de dos juguetes y empezó la juerga… A ver, si pongo este aquí y este acá… no, no me da. ¿Y si lo giro? No, tampoco. ¿Y si lo estiro? ¡El papel no estira, se rompe, torpeda! Vale, venga, como soy aprendiz de trendymother me voy a currar un envoltorio tipo Corte Inglés, en pico… buff, no lo veo. Si me arriesgo, al final no me va a dar para ninguno de los dos. Así que me fui de allí con uno envuelto y el otro no… qué triste, ¿verdad?
- Situación basuril: resulta que en Madrid, a pesar de habernos subido la tasa de basuras han recortado los días de recogida del contenedor amarillo. ¡Con lo que ocupa la bolsita de los plásticos! Se te quitan las ganas de reciclar, no me fastidies. Que se te olvida un día, bueno, pero como se te vuelva a olvidar eso puede generar unas broncas familiares tremendas: «¿no has visto que estaba la bolsa llena? ¿y por qué no la has sacado?» «ah, yo pensé que la habías sacado tú…» Y cuando te das cuenta tienes al guaje jugando a los bolos con los tetrabrik mientras se bebe las últimas gotitas de lo que pille, hace días reciclado: batidos, leche, tomate triturado, mejillones en escabeche…
- Situación personal: intento comenzar mi nueva andadura profesional a mis 30 años* justo en el momento en que está la superhipermegagigayhastateracrisisdeloswebs. Así que ahora me encuentro compuesta con marido y niño, retrasando el segundo retoño hasta no se sabe cuándo, y sin curro**.
* paparracho dirá que tengo más pero es mentira, no soporta nuestra diferencia de edad
** esto puede estar a puntito de cambiar pero no quiero adelantar nada no vayaser…
- Situación colectiva: no se puede consentir lo que estamos viviendo, lo que nos están haciendo vivir. Es una tomadura de pelo constante. Estoy harta de aguirres, de rubalcabas, de rajoys, de merkels, de urdangarines, de fabras, de corrupciones, de polis infiltrados revientamanis, de UIPs a los que se les va la mano, de ciudadanos aletargados, de ignorantes que además presumen de ello, de pasotas, de manipulaciones mediáticas, de decretazos, de recortes, de medidas chapuzas, de poner la otra mejilla, de patriotismos mal entendidos, de racismos, de jueces parciales, de crisis completamente orquestadas, de primas de riesgo, de agencias de calificación, de que al final la separación entre los de arriba y los de abajo cada vez sea mayor y esté llegando a niveles vergonzosos.

Conocéis el mítico vídeo de «El hundimiento» y el cabreo que se trae Hitler en su bunker, ¿no? pues a mi lado, mientras escribo estas líneas… ¡MICKEY MOUSE!
Y ya por fin, respiro para decir que estoy completamente de acuerdo con las manifestaciones de los ciudadanos y que participaré en ellas siempre que me sea posible… incluso en las ilegales. Tiene huevos cómo algunos se pasan el tema de lo legal y lo ilegal por el forro según les interese…Gracias a el hombre ama de casa, recupero este vídeo muy apropiado para estos días:
Y os recomiendo encarecidamente la lectura de esta entrada suya.
Este popurrí de post que he parido es regulero, para qué nos vamos a engañar. Pero ya había avisado de que me estaba costando. Y además como este es un blog (casi) de maternidad tengo que quererlo igual que a los otros, ¿me ha salido así?, pues me ha salido así, qué le voy a hacer.
paparracho: Vayamos por partes, chata. El post de regulero nada; no es nuestro estilo habitual, pero hace falta poner puntos a las íes y tú los pones como nadie. Segundo: te admiro. Ya sé que lo que nuestros amigos lectores esperan es que te dé un poco de cañita como habitualmente, pero este inconformismo y espíritu luchador es una de las cosas, una entre tantas (pero muy importante), que hace que cada día me vuelvas más loco. Y por último, para poner las cosas en su sitio, el día malo no fue hoy, fue ayer (cuando escribió esto): hoy ha firmado su primer contrato como profesional de la informática y mañana empieza a trabajar. ¡Que se preparen nuestras amigas del #15J y del #28S porque el viernes vamos a partir la pana!
Por cierto, recordad que si os gustó la entrada de 50 sombras de Grey, podéis votarnos en el concurso de madresfera pulsando en este enlace. Si ganamos los libros (casi imposible tal como van las cosas), los regalaremos a alguno de vosotros y paparracho los leerá. Con mucho disgusto, pero bueno, igual aprende algo.
paparracho: qué me va a enseñar a mí ese, anda ya… ¡si me llaman paparocco sifredi!
Ay, pobre…
Pasado el aŕbol… al fondo a la derecha
Érase una vez un guaje al que su profesora veía preparado para dejar el pañal… ¡¿Cómorrl?! Dijeron sus progenitores a la vez.

Con lo seguros que nos sentimos los papás con San Pañal… vale, nos quejamos de su precio pero ¡que nos quiten lo cagao!
(Atención al bebé desgañitado del fondo que por la gracieta del hermano no le hacen ni puto caso)
En realidad, esta historia comenzó mucho tiempo atrás, cuando el pequeño empezó a hacer pis en el orinal. Por aquella época, estaba muy orgulloso de poder miccionar (¿habrá palabra más fea que esta? yo prefiero decir «mear», no me caracterizo por mi finura…), pues eso, estaba tan orgulloso de no mearse en el pañal que le encantaba bajarse los pantalones en cualquier lugar; ¡qué afición a este exhibicionismo evacuador! Como me despistara un segundo andaba medio parque con los pantalones por los tobillos, pero también lo hacía en el supermercado, en la panadería, en el autobús… Aquí lo cuenta con mucho «detalle» paparracho.
La siguiente fase fue la de sentarlo en el inodoro (otra fea; mejor váter, ¿no?). Y en ese momento la cosa empezó bien, muy bien, demasiado bien… mientras los padres de otras criaturas meadorasbarracagadoras tenían problemas para sentar a sus vástagos en el «trono» (conocemos algún caso en el que lo utilizaba como si fuera una moto pero de lo otro nanaina), el nuestro se podía tirar allí sentado su cuartito de hora, veinte minutos, y de ahí pa’rriba; a mí lo que me extrañaba es que cuando se levantaba caminaba normal!!… ¿cómo era posible que no se le durmieran las piernas? Es lo que tiene la afición lectora-escatológica…
paparracho: a él no se le dormirán las piernas (aunque queda con las marcas del adaptador el pobre), pero a mí sí. ¡Si casi me duermo allí entre el Pollo Pepe y el Ratón Nicolasete! Madre mía, con lo que yo soy, que cuando entro en el WC, por el tiempo que estoy nunca se sabe si fui sólo a mirarme al espejo o a preparar un buen frosting de chocolate como buen trendy-dad que soy.
El otro incoveniente de esta fase era la planificación porque, claro, intentar salir a determinada hora era imposible: ¿cuánto nos iba a llevar el momento allbran? Y el día que decides, junto con paparracho en gabinete de crisis, sentarlo en el váter 20 minutos antes de la hora, ese día el tío finiquita el tema en cero coma y justo cuando estás poniéndote la chaqueta para salir por la puerta: ppprrrrrrr (sonido pedo) y se caga… y encima se caga blando… ole tus…
paparracho: oiga usted, que está mancillando el honor del guaje. [modo PADRAZO = ON] ¡Nunca hizo eso desde que le quitamos el pañal! Pasó alguna vez cuando aún lo llevaba, pero ahora lleva semanas y semanas limpio, que quede claro. No te preocupes, guaje, que está aquí tu padre para defenderte de ésta. [modo PADRAZO = OFF]

¿A quién no le ha pasado esto alguna vez? Nosotros confesamos: alguna vez, pero cuando te das cuenta, coño, repite la foto delante del espejo ¡sin flash!
La etapa actual es la de «Érase una vez». Sin pañal que vamos por la vida como unos insconcientes, kamikazes, temerarios… Para ilustrar nuestra falta de sentido común un botón: a nadie se le ocurre empezar el primer día sin pañal pasando todo el día fuera de casa; a nosotros sí; a nadie se le ocurre que ese día fuera de casa sea en la pradera madrileña en San Isidro; a nosotros sí; a nadie se le ocurre llevarse el orinal para pasar el día entre gallinejas y jóvenes haciendo botellón; vengaaaa, todos juntos, a quién: ¡¡a nosoootros siií!! ole nuestros…
Era para habernos visto: para empezar, teníamos al guaje en calzoncillos, camiseta de tirantes y chaleco de chulapo con clavel… ¿alguien puede superar eso? Cada poco lo poníamos a hacer pis; para no vaciar su contenido al lado de todo el mundo nos dábamos un paseo de unos 200m hasta una zona de matojos y allí lo limpiábamos con unas toallitas «de aquella manera» y vuelta a nuestra zona de acampada; pero llegó el momento orinoco con canoa (a.k.a. pis+caca) y nos enfrentamos a ello como un equipo unido: fuimos los dos a las labores de limpieza, paparracho pudo tirar prácticamente todo el líquido y quedarse con el sólido, mamanatas sujetaba una bolsa en la que paparracho depositó dicho sólido, esa bolsa la tiramos a un contenedor (sí, parecía que habíamos ido con Toby), y a continuación otra vez limpieza «de aquella manera» con las toallitas, en esta ocasión más concienzudamente, aunque fuimos afortunados: el sólido era bastante sólido… A la muchachada de la zona la teníamos alucinada con el orinal paseo pa’rriba paseo pa’bajo.
paparracho: a fe de ser justos y puestos a contar anécdotas, te falta la del otro día. Sí, esa en la que pensaste que ya estaba listo para mear de pie contra un árbol y simplemente le ayudaste a apuntar y listo. Resultado: el niño meado encima por culpa de una madre inexperta en prepucios… a tus casi 40 años!!!
[Voy a hacerme inexperta en tu prepucio, gilipollas; «a tus casi 40 años»… esta no te la perdono.]
Ese día quedará para siempre en nuestra memoria (y en este blog, que hará que el guaje nos tenga cierto resquemor y que la posibilidad de asilo tercermundista para nosotros aumente más que la prima de riesgo).

Padres del mundo: si la profe dice que están preparados y si queréis a vuestros hijos, animarsen a quitar el pañal… no vaya a ser que se lo quiten ellos mismos.
Y bueno, la verdad es que a día de hoy tenemos que agradecer a esta profesora la confianza que ha demostrado tener en el guaje. Por ahora lo lleva estupendamente, pocas veces se le ha escapado, empieza a pedirlo, le hemos espaciado el tiempo de sentarlo y creemos que ya ha concluido exitosamente la operación pañal. Eso sí, esperemos no estar pecando un poco de «sobraos» y que llegue el día en que nos la monte a lo grande y bien gorda: no sé, se me ocurre, por ejemplo, que se te cague en el metro… siento pánico solo de pensarlo, OMG!!
Volando voy, volando vengo
Este fin de semana hemos ido a una exhibición aérea con el guaje y nuestros amigos de desaforando o Lanoa Handmade, que tanto monta / monta tanto. No es muy habitual en nuestro blog que hablemos de planes para niños, pero es que las cosas buenas hay que compartirlas y esto, creednos, ¡es realmente bueno!
Lo peor que se puede decir de esta exhibición es que solo la hay en Madrid con lo que a muchos os resultará bastante complicado acercaros allí. Lo mejor, es que la hay diez veces al año (cada primer domingo de mes, a excepción de agosto y enero) y conjuga ser entretenido, apasionante, interesante, instructivo y hace las delicias para los niños de cualquier edad. Como para ir varias veces al año, ¡prometido!
Esta exhibición se realiza en el Aeródromo de Cuatro Vientos y la organiza la Fundación Infante de Orleans, fundada en 1989, cuyo objetivo principal es mantener una colección de aviones con una significación especial en la historia de la aeronáutica, fundamentalmente española, y ponerla a disposición de todas las personas interesadas en este campo a través de exhibiciones aéreas, estudios varios, divulgación, etc.
Para cumplir con estos objetivos, adquieren todo tipo de aviones con un interés histórico y se encargan de su restauración y mantenimiento de tal forma que estén en perfectas condiciones de uso, perpetuando de esta manera el lugar en la historia que se merecen.
¿Estamos hablando entonces de una exhibición aérea? Es un concepto que se quedaría muy corto. Como a la FIO le gusta decir, lo más correcto sería hablar de un museo de aviones históricos en vuelo. Pero entremos en más detalle de cómo son las exhibiciones de la FIO:
El acceso más sencillo al Aeródromo de Cuatro Vientos se realiza desde la M40 en la salida que va al Barrio de la Fortuna, pero en sentido inverso. Está perfectamente indicado. Vamos a poner un pequeño mapa porque nos consta que mucha gente intenta acceder desde la A5, como si fueran al Museo de la Aviación y esto resulta algo más complicado si no conoces la zona.
Las instalaciones se abren a las 11 de la mañana. Nosotros llegamos a las 12 y ya estaba bastante lleno aunque en general se está bastante cómodo en todo momento.
Al llegar allí, varios voluntarios de la Fundación te indicarán el lugar en el que has de aparcar tu coche (hay que ser obedientes, que es mucha la gente a organizar) en una explanada anexa al aeródromo y sin coste alguno. Después, compras las entradas por 6 euros (los niños menores de cuatro años, gratis) y accedes al recinto, encontrándote lo primero con una terraza con su chiringuito correspondiente, desde donde ves ya los aviones expuestos tras una valla. La primera impresión es que te encuentras en un lugar donde hay tres tipos de personas fundamentalmente:
- Pijerío vario: Nosotros no manejamos mucho el ambiente, pero allí mismo está el Real Aeroclub de España y, aparentemente, se deben montar unos buenos saraos allí.
- Frikismo aeronáutico: dicho con el mayor de los cariños. Personas con chupas de aviador, monos, gafas de piloto/policía con reflejo, parches conmemorativos por las cazadoras. Auténtica gente que disfruta al máximo de todo lo relacionado con la aviación
- Turistas, fotógrafos (profesionales y aficionados) y resto de gente del populacho entre los que nos encontrábamos nosotros, obviamente.
Atravesada la zona del vermú (cuyas mesas no se vaciaron en ningún momento, ya que los aviones se pueden ver perfectamente desde allí), pasas a la de exhibición estática, atravesando antes unos cuantos tenderetes donde venden maquetas de aviones, miniaturas, recuerdos y material variado relacionado con la aviación y allí te encuentras con los aviones parados y dispuestos alrededor de una zona abierta al público. Puedes pasearte libremente por allí o seguir al guía que va explicando uno a uno las características técnicas de los aviones y, lo más interesante, el contexto histórico del modelo o incluso del avión concreto que tienen allí. Esto a los niños pequeños les puede resultar más aburrido, por lo que nosotros optamos por ir a nuestro aire.
La Fundación tiene en estos momentos 38 aviones de 32 modelos diferentes, aunque su vocación es ir creciendo permanentemente. Creemos que los que exhiben cada domingo no son siempre los mismos y, de vez en cuando, tienen algún avión cedido por otro club u organismo similar. En este caso pudimos ver, entre otros:
- Un avión soviético Antonov AN-2 (que no forma parte de la colección), bastante grande y que volaba a una velocidad sorprendentemente lenta. Sigue en uso hoy en día para temas agrícolas o turísticos.
- Un biplano Boeing Stearman idéntico al que intentaba matar a Cary Grant en «Con la muerte en los talones«
- Un Miles Falcon Six que combatió en la Guerra Civil española, el único existente en la actualidad.
- Un North American T-6 Texan de los años 30 absolutamente espectacular.
- Un increíble Polikarpov I-16 ruso como algunos de los que combatieron con el bando Republicano, perfectamente restaurado y con su tricolor pintada en la cola. Como curiosidad, durante la guerra se conoció este modelo como «La Mosca«, pero no por su pequeño tamaño y su vuelo rápido y ágil, sino porque al ser fabricados en Moscú, venían con la inscripción MOCKBA (Moscú) en un costado y los españoles somos así de cachondos.

Sólo faltaba Cary Grant corriendo por allí para hacerlo aún mejor. Un avión precioso. Si pincháis en la foto, como en el resto, podéis verla en grandote 🙂
A las 12 y media, se desaloja la zona de exhibición estática y comienza el arrancado de los aviones. El humo de los escapes y el ruido de esos motores te van preparando para lo que viene en breve. Los niños tienen que alucinar mucho con esto, sobre todo cuando se ponen en movimiento y se dirigen a la pista de despegue. En ese momento, se libera la zona donde estaban antes los aviones y se genera una enorme explanada completamente vallada (los niños están seguros en todo momento) y los visitantes pueden ponerse cómodamente a disfrutar del espectáculo. Y cuando decimos cómodamente, nos referimos a sacar mantas para tirarse al suelo en plan familiar, que solo faltaba que se empezasen a abrir tarteras de tortillas y filetes empanados.
En la exhibición aérea, que comienza a la 1 y dura aproximadamente una hora, los aviones salen de uno en uno y sobrevuelan a los espectadores dando varias pasadas y haciendo varias maniobras que permiten poderlos disfrutar tanto visual como acústicamente, porque algunos modelos conseguían romper la barrera del sonido al sobrevolarnos y la sensación es apasionante para los niños y los no tan niños. De vez en cuando, también hacen alguna pasada en pequeñas formaciones. Ver volar juntos a la Mosca y al North American T-6 Texan fue realmente espectacular.
Tuvimos la suerte de que hacía un día con bastante nubosidad pero también con claros y mucha luminosidad. Para aficionados a la fotografía como estos parrachomanatas, la situacion ideal. Aquí os ponemos alguna otra foto que hemos podido tirar.

El British Aircraft Eagle 2 (G-AFAX). Una de las últimas adquisiciones de la FIO. Un lujo poder verlo volar hoy por hoy.

Un Bucker 133 Jungmeister escoltado por dos Bucker 131 Jungmann. Los pilotos demostrando que los aviones no son lo único impresionante

La Mosca con sus 1000 CV de potencia y su ruido supersónico. Para paparracho, la estrella de la exposición.
El espectáculo terminó con una exhibición de vuelo acrobático con un avión moderno de competición pilotado por un Anselmo Gámez, miembro del equipo nacional de vuelo acrobático. Eso no hay fotografía que le haga justicia, pero tirando de youtube, no os costará encontrar vídeos de este fenómeno.
Y nada más. Únicamente comentar que existe la posibilidad de hacerse socio de la Fundación por unos 60 euros al año, que permiten acceder libremente a las exhibiciones, participar en un sorteo para ir de pasajero en uno de los aviones y algunas otras cosas.
En resumen: un plan no solo recomendable sino imprescindible para familias que vivan en Madrid o que puedan acercarse aquí un domingo. No defraudará, la prueba es que el guaje no apea ahora su miniatura de avión japonés, y eso que aún era muy pequeño para disfrutarlo a fondo!
¡Viva la Semana Santa madrileña!
Nos encanta la Semana Santa. Hay que decirlo así, alto y claro.
No, no nos hemos vuelto locos. Ya sabemos que paparracho se identificó públicamente como ateo y que mamanatas no le va a la zaga como pagana, pero la Semana Santa de Madrid es única. Y sí, sabemos que las que tienen fama son la de Sevilla, Málaga, Granada, Zamora… pero ha llegado el momento de rendirle homenaje a esa gran desconocida que es la Semana Santa capitalina.
Llevamos 10 años viviendo aquí y solo nos la hemos perdido dos: una porque teníamos muchos días de vacaciones y un bebé con un puñado de meses del que querían disfrutar sus abuelos a 500 km y otra porque no sabíamos lo que nos perdíamos aquí… ¡UNA CIUDAD HABITABLE! En la Semana Santa madrileña quedamos literalmente cuatro entre gatos e inmigrantes como nosotros, y de esos cuatro, tres se apretujan desesperadamente en el Madrid de los Austrias para intentar ver las procesiones (procesiones que, por otra parte, están bastante lejanas de las de las ciudades anteriormente nombradas), con lo que la ciudad está fresca, lozana, primaveral y solitaria. ¿Qué más se puede pedir?

Los protestantes son muy cachondos con el tema religioso... esto se lo tomaron a coña. ¿Os lo imagináis en nuestra querida España?
Hemos aprovechado mucho en estos días… siempre dentro de la tranquilidad. Como sabéis, nos ha caído en suerte un niño marmota, que solo se despertó antes de las 11 un día (a las 10:45), con lo que hemos desperdiciado la mayoría de las mañanas, pero hete aquí la magia de la Semana Santa, que después de comer aún sobra tiempo para hacer infinidad de cosas: exposiciones, parques, actividades callejeras… casi todo está a tomar por el culo, ¡¡¡pero es que puedes ir en coche a todas partes y aparcar en la puerta!!! Vamos a destacar en esta entrada algunas de las actividades que hemos podido hacer en estos días:
Exposición de Lewis Hine y Odilon Redon
Lugar: Fundación Mapfre (Recoletos). Hora: 4 de la tarde. Aparcamiento: al doblar la esquina. Aparcamiento fuera de Semana Santa: ni lo intentes.
¿Por qué a esta hora? porque la siesta es un gran invento. Nosotros hace mucho que no disfrutamos de ella, pero hay que reconocer que a los niños de 2 años las exposiciones les resultan tremendamente aburridas y, si no están dormidos, es casi imposible pasearse con ellos. En las laberínticas plantas de la Fundación Mapfre hay dos exposiciones:
- Una fotográfica de Lewis Hine, un fotógrafo americano del primer cuarto del siglo XX que centró su trabajo en la explotación infantil, los inmigrantes y las clases más desfavorecidas, así como en la clase trabajadora en general. Lógicamente, murió arruinado.
- Otra de pintura de Odilon Redon, francés postimpresionista, simbolista, precursor del surrealismo… un gran desconocido en nuestro país y cuyos trabajos nos dejaron bastante impresionados, especialmente en su etapa más onírica.

Una de las fotos más conocidas de Hine y, ya que acaba de ser Semana Santa, el Cristo de Odilon Redon.
En resumen, muy variado e interesante. La visita bien merece la pena aunque, OJO, ¡acaba a finales de este mes!
Exposición de Gervasio Sánchez
Lugar: La Tabacalera de Lavapiés (Embajadores). Hora: 4 de la tarde (¿cuál si no?). Aparcamiento: junto a la glorieta de embajadores. Aparcamiento fuera de Semana Santa: ¿Méndez Álvaro?
Este fue el verdadero descubrimiento de la Semana Santa. Una de las mejores exposiciones de fotografía que hayamos visto (y hemos visto muchas). La antigua Tabacalera es una antigua fábrica abandonada que han habilitado como centro cultural, dependiente del Ministerio de Cultura. Al menos parte del edificio es un CSA (Centro Social Autogestionado) con multitud de actividades, que no tuvimos tiempo a visitar pero que hemos anotado convenientemente en la agenda. En otra dependencia está la exposición que ha montado el Ministerio.
Gervasio Sánchez fue premio nacional de fotografía en 2009 y solo podemos decir que es tardío. Es un auténtico monstruo del fotoperiodismo y un tío que se viste por los pies. Cuando le dieron el premio Ortega y Gasset en 2008, en su discurso criticó al Gobierno de España por ir de pacifistas por el mundo y ser uno de los principales exportadores de armas. Y es que este hombre ha fotografiado magistralmente todo tipo de conflictos bélicos y dramas sociales del mundo: las guerras de Centroamérica de los 80, los conflictos balcánicos en los 90, los genocidios producidos en África y los niños soldado, los desastres humanos causados por las minas antipersona y el drama de los desaparecidos por todo el mundo. Obviamente, también los que tenemos en nuestro país.
Una exposición sobrecogedora que hace tambalear tu confianza en el genero humano y en la que, por momentos, es difícil contener las lágrimas. Hay algunas proyecciones audiovisuales magníficamente realizadas y el edificio no puede ser más apropiado para la exposición. Realmente parece que acaba de ser bombardeado y contribuye al efecto de desasosiego del trabajo de Gervasio Sánchez.

Imposible elegir una única fotografía de este auténtico fenómeno. Nos quedamos con esta por evitar las imágenes más duras, aunque la mirada de desconcierto y temor de estos niños kosovares ya da bastante miedo.
Todavía está abierto hasta junio, así que amigos de Madrid y alrededores, ¡NI LO DUDÉIS!
Parque Madrid Río
Como el guaje se despertó de la siesta a eso de las 5 y media y como era Semana Santa, aún había tiempo de sobra para hacer infinidad de cosas, así que nos tomamos un café en Lavapiés y después cogimos nuestro coche para ir a Madrid Río.
Tiempo de trayecto: más o menos 5 minutos. Lugar de aparcamiento: en la boca del puente principal de acceso. ¡Mejorad eso!
Madrid Río es la urbanización en forma de gigantesco parque del techo con el que se soterró la M30. Un faraónico proyecto con el que Madrid ha contraído una deuda gigantesca que pagaremos el resto de nuestra vida y la de nuestros hijos (Madrid suma más deuda que el resto de los ayuntamientos de España juntos) pero cuyos resultados para los ciudadanos han sido fantásticos. Es decir, nos hemos arruinado de por vida para esto, ¡así que lo mínimo es sacarle partido!
Solo parte del parque está abierto al público de momento, pero ya es lo suficientemente enorme para poder disfrutarlo. Hay grandes explanadas, infinidad de fuentes con efecto hipnótico infantil, sendas para paseos en bici, surtidores de agua para que los niños se bañen en verano y varias zonas infantiles entre las que destacan un conjunto de toboganes, rampas, escaleras, etc, con forma de barco que harán las delicias de todos los niños y unos cuantos macro-toboganes de aluminio enormes por los que bajan niños y no tan niños. Paparracho los usó con el guaje ¡y no pudieron pasarlo mejor!

Mamanatas haciendo reportaje fotográfico al guaje junto a fuente hipnotiza-peques, los divertidísimos toboganes con el icónico puente de Perrault al fondo y el barco... ¡la locura infantil se desata!
Conclusión: uno de los mejores lugares de Madrid para ir con niños ahora que empieza el calorín.
Exposición 300 años de la BNE
Hora: 12 de la mañana. Lugar de aparcamiento: al cruzar la calle. Lugar de aparcamiento si no es Semana Santa: Are you talkin’ to me?
La Biblioteca Nacional y nosotros tenemos un conflicto tácito desde hace años. Hemos intentado ir varias veces y siempre ha sido imposible. Si no era un cierre por reformas era por un accidente doméstico o cualquier otra cosa inesperada. Tal es así que hacía ya mucho tiempo que ni nos acordábamos de este «must do» hasta que nos lo recordó nuestra amiga madre del gremlin.
En la Biblioteca Nacional hay un museo permanente, exposiciones temporales y visitas guiadas por zonas reservadas a investigadores (sala de lectura, almacenes de libros, etc). Es gratuíto y puede hacerse poco a poco, por lo que decidimos empezar por la exposición conmemorativa de los 300 años de la biblioteca. Creemos que la exposicion estaba muy bien, pero no podemos asegurarlo porque esta vez no era la hora de la siesta. El guaje decidió que la silla no era lo que él quería sino que le apetecía más caminar agarrado a ella. No, espera, que lo que quería era subirse a un banco… ¡no! era que lo llevaras en brazos… ¿cómo que en brazos? suéltame, papá, que quiero correr por aquí… mira, una niña, voy a bailar delante de ella que me vea… Un infierno, porque cada vez que cambiaba de opinión era medio minuto de gritos o lloros desconsolados que alentaban miradas desafiantes deesasquetehacensentirmal (desconsuelo que mutaba en descojone en apenas segundos, vamos, lo que viene siendo cuenterete). Bien nos hubiera venido un tablet de esos modennos para ponerle un par de capítulos del Bob Esponja o unos jueguecillos del Club Penguin para tenerlo entretenido, pero como no había recursos, nos limitamos a hacer malabarismos para ver muchos incunables, mapas históricos, manuscritos originales de varios compositores españoles, poemas, cartas y borradores de algunos de los más grandes escritores en lengua castellana… una exposición verdaderamente recomendable que tendremos que repetir un día a la hora de la siesta.
Tras esta semana intensiva en exposiciones, el guaje se nos ha hecho un cultureta de postín. Ahora ya no pide el tren ni a los Epi y Blas con el traje del Sporting cuando se sube al coche, sino que quiere los folletos de Hine y la BNE… y ¡ay de ti como no se los des! Escuchad, mano de santo. Se pasa el rato en el coche ojeándolos como si no hubiera un mañana. Yo creo que cada vez que se nos para un motorista al lado y lo ve por la ventanilla, alucina.
Y vamos a cortar ya, porque con estos posts vamos a perder lectores por inanición. ¡Bienaventurados los que habéis llegado hasta aquí porque os habéis ganado nuestra eterna admiración! ¡¡¡Qué tochazo de entrada!!!